El Gobierno griego va a presentar un proyecto de ley para incentivar a sus ciudadanos a declarar los depósitos que mantienen hasta ahora ocultos al fisco en el extranjero, siguiendo la estela de la amnistía fiscal decretada por otros gobiernos europeos, el último el de Mariano Rajoy en el 2012. El Ejecutivo de Alexis Tsipras pretende con esta medida aliviar en parte las necesidades de liquidez del país, al borde de la quiebra si no logra ayuda financiera adicional por parte de sus acreedores internacionales.

"El Gobierno discutirá un proyecto de ley para permitir a los ciudadanos declarar voluntariamente sus depósitos en el extranjero, que estará inspirado en las prácticas europeas", anunció el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, a los medios tras reunirse en Atenas con representantes del Gobierno suizo. La declaración de estos depósitos no supondrá ninguna sanción para quienes los declaren, que sí gravarán a un tipo de entre el 15% y el 20% (en España el gravamen inicial que se aplicó fue del 10%, pero fue disminuyendo al 3% para hacer aflorar más dinero).

EL CASTIGO De no acogerse a la amnistía, los depositantes que hayan evadido sus obligaciones fiscales se arriesgan, en caso de ser descubiertos por las autoridades, a tener que hacer frente a un gravamen del 46% y al pago de una multa por importe de hasta el 46% del dinero defraudado. El objetivo del Gobierno es que el proyecto de ley se vote antes del mes de junio, "antes de la firma de un acuerdo político" con Suiza que facilitará la aplicación de la ley.

El Gobierno de Syriza ha hecho de la lucha contra la evasión fiscal una de sus prioridades. Según cifras publicadas por el diario suizo Tages Anzeiger , los bancos suizos son depositarios de bienes griegos por valor de 1.400 millones de euros. De estos bienes, un parte serían fondos declarados, otra parte corresponderían a casos de fraude fiscal y otra parte serían fondos que se han beneficiado de generosas políticas fiscales, como es el caso de los armadores griegos, que no tributan.

La fuga de depósitos de Grecia se ha acelerado desde el 2010, ante el temor que el país acabara saliendo del euro. Esta fuga ha puesto en graves apuros a los bancos del país, cuya supervivencia depende ahora del Banco Central, al que además el Banco Central Europeo ha endurecido las condiciones de financiación.

Suiza favorece el acuerdo con Grecia. "Tenemos un acuerdo con la UE sobre información automática que también se aplicará en el caso de Grecia", apuntó el secretario de Estado suizo en materia de asuntos financieros internacionales, Jacques de Watteville.