Las elecciones legislativas celebradas el domingo en Argentina evidenciaron la pérdida de terreno del gobernante Frente para la Victoria que, pese a ser la fuerza más votada a nivel nacional, fue derrotada en los cinco principales distritos electorales del país.

En solo dos años, el apoyo popular al kirchnerismo pasó del contundente 54% que permitió a la presidenta Cristina Fernández acceder a un segundo mandato de gobierno, a un diluido 32% logrado el domingo, según los primeros resultados provisionales.

Este nivel de adhesión está seis puntos por encima del 26% obtenido en las primarias de agosto y permite al Frente para la Victoria (FPV) conservar su mayoría parlamentaria, pero es uno de los peores balances electorales del kirchnerismo desde su llegada al poder, en el 2003.

En la provincia de Buenos Aires, el FPV obtuvo el 31,8% de los votos, muy por detrás del 43,68% del Frente Renovador de Sergio Massa, exjefe de Gabinete de Fernández, que mejora en nueve puntos el resultado de las primarias y deja a Massa bien posicionado para una eventual candidatura presidencial de cara a las elecciones del 2015.