El primer ministro de la República Centroafricana, Nicolas Tiangaye, ha formado un Gobierno de unidad nacional, tras el golpe de Estado del pasado 24 de marzo, que tomará posesión este martes, confirmaron hoy a Efe fuentes oficiales.

"Este lunes es festivo, pero estamos trabajando para que la reanudación de las actividades administrativas sea efectiva mañana", dijo a Efe Christofe Gazam-Betty, ministro de Comunicación y portavoz de la coalición rebelde Seleka, autora del golpe de Estado.

Los miembros de Seleka predominan en el nuevo Gabinete de 34 ministros y controlan nueve carteras claves, entre ellas Economía, Interior, Justicia y Defensa, Ministerio este último en manos del autoproclamado presidente y jefe rebelde, Michel Djotodia.

Varios líderes de la sociedad civil integran también el nuevo Gobierno, formado este domingo por Tiangaye (al que Djotodia mantuvo en su puesto) y en el que figura un solo ministro partidario del derrocado presidente centroafricano, François Bozize.

"Este Gobierno de unidad nacional ha sido creado para cumplir con los acuerdos de Libreville", firmados entre Seleka y el anterior Ejecutivo el pasado enero, comentó el antiguo dirigente rebelde y nuevo ministro de Juventud y Deportes, Abdoulaye Hissene.

Según Djotodia, "la prioridad del Gobierno de unidad nacional es garantizar la seguridad del territorio nacional y reactivar la economía del país, completamente devastado".

El nuevo Gobierno de transición tendrá una duración de tres años, tras los cuales deben convocarse elecciones generales, y "se va a hacer todo lo posible para alcanzar sus objetivos en el plazo fijado", agregó Gazam-Betty.

El pasado 24 de marzo, los rebeldes de Seleka tomaron el control de Bangui, acabando así con diez años de poder del presidente Bozize, que abandonó precipitadamente la capital con rumbo a Camerún, país vecino desde donde ha pedido asilo a Benin.

En enero, comenzó en Gabón un proceso negociador entre el Gobierno centroafricano y Seleka, que culminó con la firma de unos acuerdos de paz el día 11 de ese mes y que contemplaban un alto el fuego y una transición de un año con un Gobierno de unidad nacional que no satisfizo las exigencias de los rebeldes.

Los insurgentes retomaron las armas el pasado marzo, tras dar un ultimátum a Bozizé para cumplir varias reivindicaciones -retirada de tropas extranjeras del país y liberación de presos políticos, entre otras- que expiró el día 20 de ese mes, y avanzaron hasta Bangui.

La coalición Seleka, compuesta por cuatro grupos rebeldes, se alzó en armas en el norte del país el pasado mes de diciembre al considerar que Bozizé no había respetado unos acuerdos de paz firmados en 2007.

Estos tratados contemplaban -entre otros asuntos- la integración de combatientes rebeldes en el Ejército centroafricano, la liberación de una serie de presos políticos, y el pago a los milicianos sublevados que optaran por el desarme.