El presidente de Bolivia, Evo Morales, nacionalizó ayer otra empresa española alegando falta de inversiones. Esta vez le tocó el turno a Servicios de Aeropuertos Bolivianos S.A. (Sabsa), filial de las españolas Aena y Abertis, que gestionaba las terminales de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Como otras veces, Morales ordenó el despliegue militar en las instalaciones "para garantizar la continuidad de los servicios".

La reacción española no se hizo esperar. El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, advirtió desde Bruselas que la expropiación "tendrá consecuencias sobre las relaciones bilaterales". Poco después, el ministerio que dirige emitió un comunicado en el que tildaba de "acto inamistoso" la medida. El texto asegura que el Gobierno español no cuestiona el derecho soberano de un Estado sobre sus recursos y servicios públicos, pero subraya que "toda expropiación debe hacerse previo pago del justiprecio, según una valoración justa e independiente". "El Gobierno español, muy a su pesar, procederá a replantear el conjunto de las relaciones bilaterales", concluye el comunicado.

A finales del 2012, el Gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) decretó la expropiación de las acciones de Iberdrola en dos distribuidoras de energía eléctrica, una empresa de servicios y una gestora de inversiones. Morales dijo que Bolivia se había visto "obligada" a tomar ese camino expeditivo y fijó un plazo de 180 días hábiles para que una "empresa independiente" determinara el monto a pagar. El anuncio de ayer se basó en conceptos similares.

"EXORBITANTE" Morales señaló que, entre 1997 y el 2011, Sabsa disponía de servicios públicos que ascendían a 20,6 millones de dólares. Esa cifra representa el 2.164% respecto al capital pagado (...), una ganancia exorbitante para un capital irrisorio".

La nacionalización, según reconoció Morales, se contemplaba desde hacía tiempo. "Por el carácter de las relaciones diplomáticas hemos esperado llegar a un acuerdo", pero "pese a los esfuerzos, lamentablemente no hemos podido entendernos", explicó. También se quejó de los altos salarios que percibían los ejecutivos de Sabsa. Afirmó que un gerente cobraba 127.000 bolivianos al mes (unos 18.000 dólares). "Así jamás va haber inversiones", dijo, al tiempo de que se quejó de la mala infraestructura y atención en las terminales.

"Se ha hecho justicia porque durante muchos años hemos visto que esta empresa estaba engañando a los bolivianos", dijo el secretario general de los trabajadores de Sabsa, Alfredo Chávez.

El Gobierno garantizó la continuidad de los puestos de trabajo y los acuerdos de Sabsa con terceros. Amenazó a su vez con iniciar acciones legales contra quienes que no acaten la presencia militar en los aeropuertos.