Al menos tres personas han muerto en los enfrentamientos sectarios que se han producido en los últimos días en el estado de Rakhine, ubicado en el oeste de Birmania, según han informado este martes las autoridades del país asiático.

Además, en el marco de los enfrentamientos sectarios, ambos bandos han quemado varios inmuebles, dejando más de 400 viviendas, monasterios budistas y mezquitas totalmente calcinados, de acuerdo con la cadena estadounidense CNN.

Al parecer, la violencia étnica se reanudó a última hora del domingo y desde entonces se ha extendido a cuatro municipios, en dos de los cuales ha sido necesario imponer un toque de queda, ha indicado el fiscal general de Rakhine, Hla Thein.

De forma preventiva, el primer ministro estatal ha ordenado a las fuerzas de seguridad que escolten a los equipos médicos que están recorriendo los distintos municipios para atender a los heridos, con el fin de que no sean atacados.

Rakhine es el lugar de residencia de numerosos grupos étnicos que se dividen entre la mayoría budista y la minoría rohingya (musulmana), que denuncia su marginación por parte de las autoridades birmanas, y su persecución durante el régimen militar.

Aunque los enfrentamientos entre ambos grupos son habituales, se recrudecieron el pasado mes de mayo, a raíz de la detención de tres hombres musulmanes acusados de violar a una mujer budista. Dos de ellos fueron ejecutados y el tercero se suicidó.

Entonces, se sucedieron una serie de ataques entre ambas comunidades, dando lugar a una ola de violencia que se extendió por el norte del estado y que se saldó con decenas de muertos y heridos y miles de inmuebles calcinados.

La violencia étnica es uno de los muchos retos que afronta el Gobierno de Thein Sein, quien accedió al poder en marzo de 2011, después de décadas de régimen militar que llevaron a Birmania al ostracismo internacional.

Desde entonces, ha llevado a cabo una serie de reformas política, entre las que destacan la promoción de un diálogo de paz entre las minorías étnicas, la liberación de cientos de presos políticos, la legalización de los sindicatos y la flexibilización de la censura mediática.

En respuesta al proceso aperturista, la Unión Europea (UE), Estados Unidos y Australia han comenzado a levantar las sanciones económicas que impusieron a Birmania por las violaciones de los Derechos Humanos cometidas por la Junta Militar.