Las fuerzas de seguridad sirias y grupos rebeldes libraron ayer duros combates en Damasco, la capital del país, que se saldaron con varios muertos, justo cuando se iniciaba la misión de observadores promovida por el enviado especial de la ONU y la Liga Arabe a Siria, Kofi Annan.

El Ejército Sirio Libre (ESL) aseguró que había causado decenas de bajas entre las fuerzas gubernamentales en los encarnizados enfrentamientos registrados en el barrio de Mezeh, al oeste de la capital, y grupos opositores indicaron que en los enfrentamientos que se produjeron la madrugada de ayer y durante el día habían muerto 80 personas. Pero según la televisión siria, las víctimas fueron "tres terroristas" y un agente antidisturbios.

Rusia se comprometió ayer a apoyar la petición del Comité Internacional de la Cruz Roja para que el régimen sirio acepte que se respeten treguas de dos horas en las localidades donde haya combates y se pueda atender a los heridos y a la población civil afectada. La violencia ha provocado la huida de miles de sirios a países vecinos. Ayer, Turquía anunció que en su territorio ya se han instalado 16.000 refugiados.