El Pentágono teme que una nueva tanda de filtraciones sobre la guerra de Afganistán por la web WikiLeaks sea aún "más dañina" que la anterior para la misión militar internacional en el país centroasiático. "Nos preocupa que la publicación de los documentos adicionales que aún tienen pueda causar riesgos aún mayores que los anteriores", declaró el coronel David Lapan, portavoz.

El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, anunció ayer que la publicación de algunos de los 15.000 documentos militares suplementarios sobre la guerra de Afganistán está prevista "dentro de unas pocas semanas". "Estamos, más o menos, a medio camino, por lo tanto, (la publicación será) en unas pocas semanas", aseguró durante una conferencia en Estocolmo.

Assange desestimó los llamamientos del Pentágono a detener las filtraciones y dijo que su organización está actuando "con prudencia", examinando "línea por línea" los documentos en cuestión. "Todos los documentos serán publicados", dijo, pero serán presentados de tal forma que se protegerán "los nombres de los inocentes que afrontan una amenaza", enfatizó el fundador de WikiLeaks.

Mientras la amenaza de nuevas filtraciones que revelarán verdades silenciadas o minimizadas pendía sobre el contingente, el presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo afgano, Hamid Karzai, mantuvieron una conversación por videoconferencia en la que ambos acordaron "mantener la presión sobre los talibanes" y "construir el dispositivo de seguridad afgano".

REVISAR LA ESTRATEGIA Karzai pidió al jefe de la Casa Blanca que revisara la estrategia militar para evitar muertes de civiles. "La guerra contra el terrorismo no debe ser ganada en las ciudades de Afganistán", puntualizó el comunicado emitido por la presidencia afgana.