El Consejo de Ministros italiano dio ayer el primer paso para asegurar la inmunidad a Silvio Berlusconi mientras sea primer ministro. El dirigente podrá renunciar a ella, pero también podrá usarla para postergar el final de un proceso en curso. En este juicio, que en octubre quedará visto para sentencia, Berlusconi está acusado de haber silenciado a un testigo con 580.000 euros. Mientras dure la inmunidad, ese tiempo no contará para la prescripción del delito.

El proyecto de ley, que también protegerá al presidente de la República y a los presidentes del Congreso y del Senado, deberá pasar ahora el examen del Tribunal Constitucional y el debate parlamentario. Su aprobación definitiva está prevista para finales de julio. La minoría progresista ha anunciado que está dispuesta a aprobarlo, a condición de que entre en vigor en la próxima legislatura y de que el Ejecutivo retire un decreto que ha bloqueado los procesos que se refieran a delitos cometidos antes de la mitad del 2002 y con penas de menos de 10 años.

"Se trata de asegurar que los altos cargos puedan desarrollar su trabajo con serenidad", ha explicado Angelino Alfano, ministro de Justicia. En los últimos días, Berlusconi ha acusado a algunos magistrados, de "ser infiltrados de la izquierda" y "un cáncer". "Berlusconi tiene una obsesión, los magistrados; y una pasión, los abogados", escribió esta semana Familia Cristiana , la revista más vendida del país.