El jardín de Orive y la calle Capitulares estarán algún día unidas por una nueva vía peatonal con vegetación y arboleda para hacer más atractivo el recorrido. El proyecto no es nuevo y ejecutarlo es una antigua aspiración del Ayuntamiento de Córdoba, que lleva trabajando en ello desde hace años y en crear un pulmón verde para el conjunto histórico. Ahora, y según explica el presidente de Urbanismo, Salvador Fuentes, la iniciativa de ejecutar una nueva calle entre Orive y Capitulares, con espacio ajardinado, está en el departamento de Contratación y sus cálculos son adjudicar las obras este año y que se inicien en el 2022. El plazo de ejecución previsto será de seis meses y el presupuesto, 493.482 euros, según consta en el proyecto, al que ha tenido acceso este periódico.

El ámbito de actuación, explica Fuentes, «se corresponde con el espacio perteneciente al convento de San Pablo, desde el jardín de Orive hasta el callejón del Galápago, que discurre en una franja de superficie de 700 metros cuadrados». Con esta intervención se da continuidad a la ordenación prevista en la manzana de San Pablo y recogida en el plan especial aprobado en 1999. El objetivo final es tener un eje de norte a sur entre la plaza de Orive y Pedro López y otro de este a oeste entre Capitulares y Fernán Pérez de Oliva. 

Fases previas

Para llevar a cabo lo que marca ese plan han sido necesarias distintas fases. La primera, la de la conexión norte-sur, fue en el 2004 y consistió en acondicionar el huerto del Palacio de Orive convirtiéndolo en jardín, enlazando el eje de San Pablo y La Corredera. La segunda fase, la de la conexión este-oeste, se inició en el 2009 e incluía las expropiaciones del callejón del Galápago, de parte de los jardines y del patio de los claretianos y la adquisición del coliseo de San Andrés (pendiente aún) para lograr una salida a Fernán Pérez de Oliva. Esa fase incluía además una parcela de la calle Huerto de San Pablo, 5, y otra medianera con la anterior.

La tercera fase se centró en la conexión sur de la manzana de San Pablo y se ejecutó entre el 2010 y 2011. La intervención consistió en llevar a cabo los elementos necesarios para unir con rampas y escaleras el jardín con el patio de los claretianos, que está a una cota superior. La cuarta fase, que tuvo lugar en el 2010, consistió en restaurar el arco de entrada sur al jardín, un importante elemento arquitectónico perteneciente al que fue convento de San Pablo y entrada al recinto de su huerto, y reconstruir el cerramiento recayente al callejón del Huerto de San Pablo. Por último, la quinta, que es la que Urbanismo ejecutará ahora con fondos europeos del programa Edusi, se centra en la conexión occidental del jardín, en unir Capitulares y Orive a través de la servidumbre de paso lograda mediante la expropiación del suelo del convento de los claretianos y con una parcela municipal. 

Nuevo recorrido peatonal

El nuevo recorrido peatonal que se habilitará contará con elementos vegetales y arbóreos, de forma que existan «zonas de solana y de sombra» a lo largo del mismo, según indica el proyecto, que señala que «las alienaciones de arbustivas y trepadoras contribuirán a mejorar la humedad ambiental» y crearán «un microclima» en el itinerario. Además, la iluminación será de «columnas» de proyectores de «luminarias de bajo consumo, direccionables», de forma que se ilumine la fachada del convento, la sala capitular y la fachada renacentista. 

La intervención se dividirá por zonas. En la que se corresponde con el solar municipal que recae a la calle Capitulares «se ubicará la denominada puerta de Occidente de forma provisional hasta que se desarrolle la edificación allí prevista» -hace más de una década se iba a levantar la sede de la Fundación de Arquitectura Contemporánea y hubo un proyecto que ganó un concurso de ideas con ese fin, que no llegó a ejecutarse-. De momento, la idea de Urbanismo es ejecutar primero la calle y estudiar después qué equipamiento puede ir en el solar municipal que "contextualice con la zona y sea útil para todos", explica Fuentes, que asegura que hasta ahora no se ha planteado ningún proyecto alternativo al que en su día planteó la Fundación de Arquitectura en ese espacio.

El proyecto contempla sustituir la puerta de chapa por otra similar a las existentes en los accesos norte y sur y eliminar la caseta de control que servía cuando el solar se usaba como aparcamiento de la Corporación municipal. Hay también previstas modificaciones de cota que afectarán a la calle Capitulares para favorecer la accesibilidad y el contacto con el punto limpio de Sadeco llevará una jardinera. En la parte intermedia se ejecutará un cerramiento, acompañado también de jardinera para arbustivas, para delimitar el espacio de servidumbre. La intervención acabará en la zona oriental, en la del encuentro con la planta baja del edificio de los claretianos.

Los materiales

En cuanto a materiales, y según el proyecto, la superficie central será de «granito rosa flameado», las zonas laterales, de «bolo de color marrón», y el cerramiento, «de ladrillo de tejar con rehundidos aleatorios».  

El proyecto de acceso occidental al jardín de Orive, puerta de occidente, que así se denomina, ha sido encargado por Salvador Fuentes para adaptar a la normativa europea otro anterior redactado en el 2019. El equipo que ha participado en el mismo está formado por los arquitectos Rafael Luis García Castejón y José Luis Chofles. Con ellos ha colaborado la arquitecta María Muñoz Romero.

Las expropiaciones no han sido fáciles. La expropiación del acceso por la calle Galápago y el patio de los Claretianos se inició antes del pasado mandato y se llevó una parte importante del mismo. Para más adelante queda la del cine Coliseo de San Andrés. Cuando eso ocurra habrá una nueva entrada y salida a la calle Villalones.

El pasado como barrio almohade

Del origen de la manzana de San Pablo se tienen más noticias a raíz de las excavaciones arqueológicas realizadas en 1992, que sacaron a la luz la existencia de un conjunto de casas de época islámica tardía superpuestas a diversas estructuras romanas, según consta en el proyecto. Estos hallazgos llevaron a pensar en un barrio almohade en cuadrícula que "da pie al planteamiento como hipótesis de la fundación exnovo de la urbanística islámico-española en contraposición a la ciudad existente de retorcidas callejuelas".

El documento añade que, con la llegada de los cristianos en el siglo XIII, el rey Fernando III concedió a los frailes espacio para fundar el convento de San Pablo, parte del cual se destinó a huerto. A finales del siglo XIII, y según el proyecto, estaban urbanizados los alrededores de la vía de San Pablo y la urbanización definitiva de esa zona de San Andrés se realizó en el siglo XV con motivo de la construcción de edificios en la huerta y el corral del monasterio de San Pablo. Desde finales de ese siglo hay casas lindando con el convento, construido en 1236, mientras que la iglesia se levantó a principios del siglo XIV. En la parte oriental de la collación de San Andrés se percibe herencia musulmana mientras que el resto del barrio es de creación cristiana.

Con la desamortización de Mendizábal el convento se transformó en cuartel, hasta que se convirtió en ruinas y fue demolido en 1848. En cambio, el templo pasó a finales del siglo XIX a manos de los misioneros hijos del Sagrado Corazón de María. Según el proyecto, la denominación jardín de Orive proviene de que, tras la desamortización, perteneció al Palacio de Orive o de los Villalones.

La Diputación, a mitad del siglo XIX, tuvo su sede en parte de los suelos del convento, que eran entonces de titularidad estatal. En mayo de 1968 el espacio fue ocupado por el Ayuntamiento. Desde 1990, la Delegación de Cultura de la Junta está ubicada allí.

Parte de los terrenos que unirán Capitulares con Orive, los del callejón del Galápago, tienen también una larga historia tras de sí. El origen del nombre hay que buscarlo en la forma de los surtidores de una fuente que abastecía el convento de San Pablo.