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DATOS

Un hermoso bosque

Antes de llegar al cortijo de Los Arraiganes, el sendero abandona el camino para continuar hacia el oeste por un sendero señalizado con las características marcas blancas y rojas. Este es el tramo más interesante, ya que se avanza entre un bosque mediterráneo poblado de encinas y quejigos centenarios que se han refugiado a los pies de esa mole ingente, que es Bermejo. Después de contemplar esta magnífica arboleda, regresamos sobre nuestros pasos para retornar al camino que desciende hacia la carretera A-3226, en dirección a Los Villares, abandonando de este modo el sendero GR-7 que retomaremos en este punto el próximo capítulo.

El camino gira hacia el este a la altura del cortijo de los Arraiganes. Merece la pena que nos desviemos unos metros a nuestra izquierda para acercarnos a conocer la fuente del mismo nombre, situada detrás del cortijo, a la que llegamos por un senderillo tapizado de hiedra. De regreso de nuevo al camino, a unos 200 metros, veremos que éste gira bruscamente a la izquierda. En la misma curva, oculta por la frondosa vegetación y junto al cortijo en estado ruinoso de Peñalisa, se encuentra la fuente del mismo nombre. La conducción de agua original, a través de una atarjea, está ahora inservible y el agua del manantial se recoge en un tubo de fibrocemento que no alcanza la fuente. Según una inscripción, la fuente data de 1944. El camino desemboca finalmente en la carretera A-3226. Si la seguimos unos 100 metros a nuestra izquierda, en dirección a Rute, hasta el punto kilométrico 11, comprobaremos que sale a la derecha un camino por el que podemos descender hasta la posada de la Niña Margarita y ermita de Los Villares.

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