Atentado de Algeciras

El detenido en Algeciras "siempre iba solo": una casa 'okupa' y un patinete para moverse

Basura, colchones por el suelo, montañas de medicamentos... la casa 'patera' compartida donde vivía el detenido estaba apenas a 250 metros del templo donde mató al sacristán

Una imagen de la vivienda en la que residía el autor del ataque de Algeciras.

Una imagen de la vivienda en la que residía el autor del ataque de Algeciras.

Isabel Morillo

El número 10 enmarca la entrada. Una escalera que conduce a una puerta cerrada bajo llave deja claro que arriba vive alguien. En un rincón hay un carro de bebé limpio y en perfecto estado. Es lo único que parece normal en la casa ocupada, en la calle Ruiz Tagle, apenas a 250 metros de la iglesia de La Palma, en una zona céntrica de Algeciras, rodeada de viviendas en perfecto estado y en un barrio nada barato para comprar un piso.

Allí vivía el detenido por el asesinato del sacristán Diego Valencia y el apuñalamiento del sacerdote Antonio Rodríguez Lucena. El joven magrebí de 25 años Yassine Kanjaa convivía en esta casa ocupada junto a otras cuatro personas desde hacía meses. La Policía estuvo registrando la vivienda hasta altas horas de la madrugada. Este jueves no estaba precintada y el acceso era fácil. Recorrer todos sus rincones y tratar de reconstruir cómo vivía es un juego al que se prestaron todos los periodistas que accedieron a la zona.

En el cuarto del fondo es donde dormía el detenido. Allí, tras un sofá verde oscuro hay un patinete eléctrico escondido. Los vecinos aseguran que sobre él se movía, entraba y salía, siempre solo. La basura se acumula en cada esquina de la vivienda ‘okupa’. La Policía Nacional ha dejado constancia del registro. Una bolsa vaciada sobre una cama ha dejado una montaña de medicinas. Muchas no están caducadas. Pastillas de marca genérica en su mayoría recetadas por la Seguridad Social como confirma que tienen cortado el cupón recinto, que contiene el código de barras del medicamento. Es lo más llamativo, por lo demás bolsas, maletas, mantas, detergente, un baño recientemente usado, una olla limpia y varios pares de zapatos y chanclas y peluches de gran tamaño.

Los vecinos aseguran que en la vivienda residen al menos cuatro varones y que el joven Kanjaa no se relacionaba ni con los residentes de las casas colindantes ni con sus propios compañeros de vivienda.

El detenido permanece en dependencias policiales en Algeciras antes de ser trasladado a la Audiencia Nacional en Madrid, donde tendrá que prestar declaración en un caso que se investiga como un posible caso de terrorismo. A esa vivienda acudió después de su primera irrupción en la iglesia de la Palma, que está apenas a 250 metros, ni dos minutos a pieKanjaa había acudido a las seis y veinte de la tarde del miércoles a la Iglesia, profiriendo gritos, insultando a los feligreses y a las imágenes. Cuando fue a coger el Evangelio una feligresa que suele estar en el templo le mandó parar y fue expulsado mientras le pedían respeto.

El joven desapareció, pero la tragedia no había hecho más que empezar. El atestado policial elaborado a partir de declaraciones de testigos indica que volvió a su vivienda, se atavió con una chilaba negra bajo la que escondió un machete de gran tamaño. De allí se dirigió a otra iglesia cercana, la de San Isidro, también en la Plaza Alta y algo más alejada de su domicilio. No mucho, cinco minutos a paso normal. Allí comenzó el horror que ha conmocionado a una ciudad acostumbrada a la convivencia, con una comunidad islámica de más de 15.000 personas que este jueves reivindicaba su talante pacífico y clamaba por la inocencia del Islam.

De aquella iglesia, donde se subió al altar al término de la misa y apuñaló con heridas graves y gran violencia al sacerdote salesiano Antonio Rodríguez Lucena, que se recuperaba en el Hospital Punta Europa tras ser intervenido quirúrgicamente. De allí corrió a la Palma, donde se enzarzó con el sacristán en la puerta de atrás del templo. Cerca de la casa donde se había cobijado al menos desde el pasado verano.

El Ministerio de Interior confirmó que Kanza tenía abierto un expediente de expulsión por situación irregular en España el pasado junio. Un procedimiento administrativo habitual que rara vez se traduce en una ejecución inmediata y en la devolución al país de origen. El detenido, informó Interior, no tenía antecedentes policiales ni penales. “Es falso que arrestado estuviese siendo seguido por agentes de información o de otros grupos policiales, ni en los últimos días ni anteriormente”. La Policía “está analizando todos los efectos intervenidos en el registro” y prosiguen las investigaciones y los interrogatorios.