Estrategia oposición

Unidad en el bloque de la derecha por la crisis institucional: PP y Vox se reparten los papeles

Tras semanas de división, la oposición se mimetiza en un discurso común y muy beligerante contra el "mayor golpe al orden constitucional"

El líder de Vox, Santiago Abascal y la portavoz del PP Cuca Gamarra, durante el pleno extraordinario del Congreso de los Diputados.

El líder de Vox, Santiago Abascal y la portavoz del PP Cuca Gamarra, durante el pleno extraordinario del Congreso de los Diputados. / EFE/ KIKO HUESCA

Paloma Esteban

El debate de la moción de censura contra Pedro Sánchez en mitad de lo que los partidos de la derecha califican como “el mayor golpe al orden constitucional” se ha ido caldeando con los días. En un principio, la división se hizo evidente con la pinza de Vox y Ciudadanos contra la “tibieza del PP”, insistiendo en que el papel de Alberto Núñez Feijóo debía ser el de encabezar la moción. Con los populares dejando claro que no lo harán, pero abriéndose a no votar en contra de la de Vox si finalmente la presenta se ha abierto un nuevo escenario político.

Fuentes de Génova reconocen abiertamente que el partido de Santiago Abascal “ya ha recuperado los niveles previos a las elecciones andaluzas”. Y sus sondeos, como los publicados recientemente en la mayoría de medios de comunicación, dan prueba de su fortaleza electoral en intención de voto. En el PP asumen que el contexto de “crisis institucional” y las iniciativas como la moción de censura benefician a Vox y lo revitalizan. Lejos de verlo como una amenaza, hay dirigentes conservadores que consideran “importante” que “el bloque de la derecha sume” en términos que hace pocos meses apenas utilizaban como el de “bloque”.

De hecho, la resistencia que el PSOE exhibe también en los sondeos coincidiendo con todas estas reformas que supuestamente le desgastan preocupa menos en la sede del PP por la suma total que consigue la oposición: “Lo grave sería que hubiera trasvase, que estuviéramos perdiendo el voto moderado o que no sumáramos”, inciden.

Es decir, la división ya no es tal y se percibe un reparto de papeles tácito con un objetivo común: denunciar la actuación del Gobierno, elevar el tono de oposición y recurrir ante los tribunales lo que PP, Vox y Ciudadanos ven como “un escándalo sin precedentes”. En los últimos días ha habido algunos contactos entre Feijóo y Abascal a cuenta de la moción.

El presidente de Vox, Santiago Abascal

El presidente de Vox, Santiago Abascal. / Alejandro Martínez Vélez - Europa Press

El pleno del Congreso de este jueves en el que la mayoría parlamentaria que sostiene a Sánchez sacó adelante la

(incluidas las enmiendas relativas a las leyes del Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional), unió los discursos de los tres partidos, que llegaron a exigir la suspensión del pleno hasta conocer la decisión del tribunal de garantías aplazada hasta el próximo lunes.

En realidad, los partidos de la oposición y muy especialmente el PP, autor del recurso contra la reforma de esas leyes a través de una enmienda en el Código Penal, veían difícil que el TC se pronunciara ayer mismo en vista de la presión generada por distintos frentes. Los tres partidos desplegaron sus discursos más contundentes contra el Gobierno: el PP ejerciendo el liderazgo jurídico, Vox abandonando el pleno en protesta de la actuación de la Cámara e Inés Arrimadas apelando al desafío que ya vivió en el Parlament en 2017 y comparando a Meritxell Batet con Carme Forcadell.

Abascal baja el tono con Feijóo

En esa especie de reparto de papeles surgida de las distintas estrategias de la derecha en el que Vox se dirige a un electorado más radical que quiere “presión” sobre el Gobierno con acciones claras (moción de censura) o movilización en la calle, Abascal evitó seguir presionando a Feijóo como en los últimos días, al que llegó a apelar directamente por su “cobardía política”.

Hasta el punto de que el líder de Vox valoró “positivamente” que cada uno tenga una hoja de ruta, “Feijóo cree que es un error presentar la moción y yo creo que no es ningún error. Cada uno piensa una cosa y respetamos la estrategia del otro” dijo en una comparecencia junto al hemiciclo del Congreso. Llegó a reconocer que preferiría “acciones conjuntas” de la oposición pero que en caso de no coincidir, “cada uno atenderá a sus intereses”, confirmando que su partido mantendrá el rol actual: “Nosotros vamos a seguir trabajando para censurar a este Gobierno. Y vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para evitar el golpe institucional. Recursos en el TC, valoramos querellas en el Supremo, animar a la movilización de la calle y, por supuesto, buscar sin descanso para encontrar la persona adecuada para la moción”, zanjó.

También Cuca Gamarra, ideóloga del recurso presentado en el Constitucional, puso en pie a la bancada popular cuando se dirigió al Gobierno desde la tribuna en estos términos: “Si tuvieran un poco de vergüenza y si fueran valientes, pondrían de nuevo las urnas”, exigió con el mensaje que repiten como un mantra en Génova: la necesidad de convocar elecciones anticipadas y someter al criterio de la ciudadanía la reforma del Código Penal y el resto de la agenda legislativa que Sánchez nunca incluyó en su programa electoral.

En el PP cuentan, en todo caso, con que Vox irá adelante con la moción. Creen que Abascal quiere evitar a toda costa ser el candidato. Como publicó este diario, el partido ultra se plantea que sea su líder quien vuelva a poner la cara solo en caso de que la búsqueda de un independiente no llegue a buen puerto. Pero lo que tiene claro Abascal es que la moción se presentará sí o sí. No especifican el momento del registro, reconocen, porque en su estrategia está también “calentar el debate” y seguir estirando la cocina de una iniciativa que les ha garantizado mucho foco.