Ni uno de los votos de Vox será necesario para que Juanma Moreno revalide la presidencia de Andalucía. La mayoría absoluta del PP -58 escaños- echó por tierra este domingo todas las esperanzas del partido ultra de volver a forzar su entrada en un gobierno autonómico y pone freno al ritmo de crecimiento que venía disfrutando la formación de Santiago Abascal. Macarena Olona obtuvo 14 diputados -dos más que en 2018-, defraudando las expectativas con las que fue enviada por la cúpula del partido a Andalucía: superar los 20 escaños y emular la hazaña de Castilla y León.

La realidad fue otra muy distinta. Olona se quedó muy lejos de los objetivos que la formación se había marcado. Y, sobre todo, con un resultado que será irrelevante ante la mayoría absoluta del PP. Salvando contadas excepciones, como las elecciones gallegas de 2020 en las que no obtuvieron representación, se trata de uno de los peores varapalos para la formación ultra. Más aún con el significado especial que tiene Andalucía, el primer territorio en el que lograron representación en las instituciones en 2018.

Felicitaciones

Los gritos de 'vicepresidente" que se escucharon en Valladolid hace unos meses cuando Abascal compareció junto al entonces candidato en Castilla y León, Juan García Gallardo, fueron sustituidos este domingo en Sevilla por tibios aplausos. Olona, que llegó en coche al hotel y evitó el contacto con la presa, compareció ante varios cientos de militantes del partido arropada por la dirección nacional del partido. Ni un dirigente andaluz la acompañaba. "Hay que felicitar sin ningún tipo de matización a Juan Manuel Moreno por el resultado obtenido que va a permitirle gobernar en solitario, algo que esperamos sepan aprovechar", sentenció.

"Andalucía ha puesto pie en pared y ha dicho no al Gobierno de Sánchez y no ha sido con el resultado que a mí me hubiera gustado", continuó Olona, tratando de desviar la atención hacia las implicaciones nacionales de estos comicios. "Efectivamente, Vox ha estado lejos de la gran ambición que teníamos para Andalucía, pero Vox sigue creciendo y Vox celebra de una manera patriótica estos resultados buenos para España", incidió segundos después Abascal antes de avisar que estará "vigilantes" a si el PP "desaprovecha" la mayoría absoluta que le ha concedido las urnas. "Le pedimos valentía para un cambio real y profundo", concluyó.

Elección fallida

Entre sonrisas tristes, Olona confirmó que dejará su acta en el Congreso de los Diputados y que se va a entregar "en cuerpo y alma" a Andalucía desde el Parlamento autonómico. "Aquí se queda para cumplir con su compromiso, se queda con todo el respaldo de la dirección", subrayó Abascal.

A la vista de los resultados, la elección de Olona como candidata resulta bastante cuestionable. Pese a su escasa vinculación con el territorio, la dirección nacional de Vox apostó por ella, uno de sus pesos pesados en el Congreso, para combatir Andalucía. Pero, la campaña no arrancó como esperaban. Primero, surgió el polémico empadronamiento de Olona, nacida en Alicante, en la localidad de Salobreña, donde apenas había pasado unos días. Y la cosa no mejoró después. La dirigente ultra se ha armado de tópicos andaluces para defenderse de las críticas y los debates televisados no han sido su fuerte. La inquietud que generó la actuación de Olona en el primer debate llevó a la dirección del partido a vaciar la agenda de la candidata durante varios días en plena campaña.

El resultado ha sido diametralmente opuesto al que la formación obtuvo en Castilla y León hace poco más de cuatro meses. Con un candidato totalmente desconocido, Juan García Gallardo, los ultras pasaron de un procurados a 12. La marca de Vox fue más que suficiente para impulsar los resultados en las urnas y ser imprescindibles para la gobernabilidad del territorio. Sin embargo, Olona no parece haber sido capaz de aprovechar esa inercia.