Después de ser el único grupo en votar en contra de retirarle al presidente ruso, Vladímir Putin, la Llave de Oro de la ciudad que le había entregado Alberto Ruiz Gallardón en 2006, ha presentado una proposición para condenar la guerra en Ucrania.

No obstante, el portavoz de la formación de Abascal en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, ha aclarado que "Vox no rectifica ni lo más mínimo con lo que votó en el pleno del mes de marzo", y ha vuelto a justificar su posición porque la Llave de Oro se entrega al "tirano Putin" en representación de todo el pueblo ruso.

Hace tan solo 28 días, en el anterior pleno del Ayuntamiento de la capital, Ortega Smith trasladó "todo el apoyo de nuestro grupo al pueblo ucraniano", pero sostuvo que no iba a "estar de acuerdo" con arrebatarle al líder ruso la insignia de la ciudad, porque consideraba que no se la quitarían a él sino "al pueblo ruso".

Pero esta duda sobre el receptor de la insignia no la planteó el representante municipal y nacional de Vox en la Junta de Portavoces cuando tuvo oportunidad.

La propuesta de Vox de este martes ha sido aprobada por unanimidad, no sin críticas de todos los grupos municipales a la ultraderecha por su incoherencia ante el conflicto entre Rusia y Ucrania.

Para Ramón Silva, del PSOE, Vox ha tardado cuatro semanas "en darse cuenta del grave error que cometió" en el pasado pleno al no sumarse al resto de grupos. "Hoy están en lo correcto; cuando se equivocaron fue el mes anterior", ha indicado.

"Podrían profundizar esta senda de rectificación para hacerla más sólida, en primer lugar, revisando alianzas, simpatías y apoyos en Europa", ha sugerido Santiago Saura, concejal de Ciudadanos, que ha apuntado a las relaciones que Vox mantiene con líderes como Marine Le Pen, Matteo Salvini o Viktor Orban.