Lo primero que ha hecho la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, en cuanto ha conocido la propuesta del jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, para comparecer en la Cámara y explicar la situación generada en Ucrania ha sido convocar una Junta de Portavoces. Éste es el órgano parlamentario que fija las agendas semanales, y en consecuencia, el que define los órdenes del día de los plenos.

El de este jueves, reunido de urgencia, ha durado muy poco porque ha versado sólo sobre un tema: fijar un nuevo pleno el miércoles próximo y dotarlo de un único punto: la guerra de Ucrania.

Meritxell Batet. EFE

Sánchez acudirá a la Cámara y expondrá a los grupos la información que ha venido recabando y la que recabará tanto en el Consejo de Seguridad Nacional convocado para este jueves como en la urgente Cumbre de la UE organizada en Bruselas, y a la que el presidente acudirá durante las próximas horas.

La situación es grave. Rusia ha iniciado la invasión de su país vecino y amenaza con elevar la beligerancia a límites durísimos. Tanto EEUU como la UE han respondido con firmeza. Además de un lenguaje que alerta de consecuencias catastróficas, en opinión del presidente estadounidense, Joe Biden, ha desplegado una batería de sanciones económicas y financieras muy severas. Sin embargo, como ha recordado el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, negros nubarrones se ciernen sobre la economía mundial, y en concreto sobre la europea. En especial: el alza de precios de las fuentes energéticas.

España es miembro de la UE y de la OTAN, y desde hace años unos de sus integrantes más aplicados. Sánchez no tiene ninguna intención de debilitar ambas pertenencias, más bien al contrario. A la espera de que dé los detalles sobre nuevas respuestas a Rusia y posibles despliegues militares, el Congreso prepara ya una sesión que no estaba prevista. De hecho, la semana que viene estaba muy escasa de actividad parlamentaria, apenas unas comisiones. En el calendario de sesiones plenarias, los primeros días de marzo se mostraban vacíos. Ya no.

Las misiones de la OTAN

España participa en varios operativos en Europa del Este, en la frontera oriental de la OTAN. Cabe puntualizar que la Organización del Tratado del Atlántico Norte es una organización defensiva. Más allá de sus fronteras no se mueve.

Una de esas misiones es la Policía Aérea Reforzada, con base en Bulgaria e iniciada hace apenas unos días. Como informa el Ministerio de Defensa en su web, cuatro aviones 'Eurofighters' están desplegados en las instalaciones búlgaras de Graf Ignatievo. La ministra Margarita Robles lo anunció recientemente y llegó a desplazarse hasta allí. El envío de los cazas no necesitó autorización del Congreso porque es una operación que en el marco de la OTAN ya estaba autorizada. Como indican a este medio fuentes de la Comisión de Defensa del Congreso, variaciones, modificaciones o reformulaciones de este tipo no lo requieren.

Margarita Robles. EP

Por cierto, tal y como recuerda Defensa en la web, esta misión se activó en 2014 tras "la anexión ilegal e ilegítima de la península de Crimea por parte de Rusia". Añade el Ministerio de Robles: "La Alianza implementó estas medidas de seguridad con el objetivo de demostrar la determinación colectiva de los Aliados, constatar la naturaleza defensiva de la OTAN y disuadir a Rusia de la agresión o la amenaza de agresión".

Ucrania, por ahora, no forma parte de la organización, y por tanto sus operativos no pueden penetrar en el país. Este factor es determinante, también, para decidir qué contingente militar aporta el Gobierno español, en caso de así sea. La intervención bélica en la zona tendría que hacerse, pues, bajo bandera de Naciones Unidas o de la UE.

Hay más misiones próximas, en términos geográficos, en las que España participa, siempre en el marco de la OTAN. La Policía Aérea del Báltico, que así se llama, se puso en marcha en 2004 tras el ingreso en la organización de Estonia, Letonia y Lituania. Desde entonces, cuatro aviones de combate de un país aliado permanecen desplegados en la base lituana de Siauliai por periodos de cuatro meses. Desde 2006, España ha participado en ocho ocasiones, apunta Defensa en la web. Cuando ello ha ocurrido, tampoco ha habido autorización del Congreso por la razón expuesta antes. Otra misión son los grupos navales permanentes, que abarcan el Mar Negro.

Una de las fuentes consultadas explica que los países que integran la OTAN intervienen en diversas misiones permanentes, pero dentro de cada una de ellas figuran horquillas, según las cuales los contingentes se refuerzan con más o menos intensidad en función de las circunstancias. Si a raíz de la invasión de Ucrania, la decisión es, por ejemplo, trasladar más cazas a Bulgaria, esto no necesitaría autorización del Congreso.

Aviones militares. EFE

Ley de Defensa Nacional

En 2005 el Gobierno planteó la aprobación de una ley que regulara precisamente esto, y así, atribuyó una serie de funciones a las Cortes Generales, entre ellas "otorgar las autorizaciones previas para prestar el consentimiento del Estado a obligarse por medio de los tratados y convenios internacionales". Éste es el artículo 4.1. El siguiente señala que al Congreso, en particular, le corresponde "autorizar, con carácter previo, la participación de las Fuerzas Armadas en misiones fuera del territorio nacional".

Un artículo posterior, el 17, concreta este último precepto, y así, el 17.1 precisa que "para ordenar operaciones en el exterior que no estén directamente relacionadas con la defensa de España o del interés nacional, el Gobierno realizará una consulta previa y recabará la autorización del Congreso de los Diputados". Y el 17.2 recalca que "en las misiones en el exterior que, de acuerdo con compromisos internacionales, requieran una respuesta rápida o inmediata a determinadas situaciones, los trámites de consulta previa y autorización se realizarán mediante procedimientos de urgencia que permitan cumplir con dichos compromisos".

Claramente el caso de Ucrania cabe aquí. El presidente del Gobierno ha optado por esperar a las decisiones que marque la UE para definir más pormenorizadamente el posible despliegue militar. La urgencia, a tenor de la ley, resulta un elemento esencial, hasta el punto que el 17.3 subraya que "cuando por razones de máxima urgencia no fuera posible realizar la consulta previa, el Gobierno someterá al Congreso de los Diputados lo antes posible la decisión que haya adoptado para la ratificación, en su caso".

Aunque parece, según la literalidad de los tres artículos mencionados, que habrá votación el miércoles que viene sí o sí, no es el caso, destacan fuentes parlamentarias y jurídicas. Las operaciones de la OTAN en Europa del Este ya cuentan con el visto bueno de la Cámara. Sólo la creación de una nueva misión, con nombre nuevo y contingencia nueva, llevaría a la votación, inciden esas fuentes.

Contexto político

Si es el caso, lo que se comprobará durante las jornadas venideras, el Gobierno, o por ser más preciso, el PSOE, tendría el apoyo asegurado, ya que PP y Cs han expresado su respaldo ante la gravedad y emergencia de lo que está sucediendo en la linde oriental de Europa. La suma, provisional, ascendería a los 217 escaños, margen suficiente.

Enviar un efectivo de las Fuerzas Armadas, no obstante, creará tensiones en la coalición. Unidas Podemos, a priori, quiere huir de la escalada bélica. Los socios parlamentarios de izquierdas, ERC sobre todo, comparten ese mismo criterio.

El debate sí que está garantizado y los grupos podrán exponer su posición. La votación, de producirse, ocasionaría más tensión.

Toca esperar, por tanto, aunque, como ha destacado el líder de Más País, Íñigo Errejón, en la reunión de la Junta de Portavoces, según han informado fuentes presenciales, el miércoles que viene es demasiado tarde.