La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha anunciado este viernes su decisión de presentarse a presidir el PP de Madrid cuando se convoque el Congreso, sobre el que ha incidido en que "es bueno que se celebre pronto, espero que se celebre lo antes posible". Además, ha asegurado ante la Junta Directiva Regional que pedirá “humildemente” el apoyo de todos.

A su llegada a Génova dos horas antes, había reiterado ante los medios que los estatutos marcan los tiempos de la celebración de los congresos, dejando claro que están ya fuera de plazo, pero ha procurado hacerlo en un tono amable y asegurando que no llegaba a la reunión del PP de Madrid para presionar a nadie.

Nombramientos de la gestora

Tras unos días en el que el suflé genovés madrileño había vuelto a subir, el Comité Ejecutivo y la posterior Junta Directiva han tenido un desenlace mucho más pacífico de lo esperado. En Sol consideraban una amenaza los nombramientos que la gestora llevaba en el orden del día, pero finalmente estos solo han afectado a cuatro municipios que apenas representan el 0,01% de la militancia total del PP de Madrid, con lo que no tienen entidad suficiente para influir en futuras votaciones, según fuentes populares. La escasa importancia de los nombramientos y la ausencia, finalmente, del secretario general del PP, Teo García Egea, en la reunión, han rebajado la tensión y el mensaje de Ayuso en la Junta Directiva ha sido en un tono más constructivo que bronco.

La calma se ha dejado notar también en las intervenciones de los miembros del partido, precisamente por falta de ellas. Ha sido Esperanza Aguirre quien finalmente ha levantado la mano para dejar clara su postura y retomar la idea de que es necesario poner fin a la gestora de Madrid cuanto antes. Ha sido ella quien ha puesto una fecha sobre la mesa y reclamado que el congreso se celebre a finales de enero. Y en línea con lo que ya había anunciado previamente, su voto será para Ayuso.

Proyecto para el partido

En su intervención, la presidenta de la Comunidad ha asegurado que su intención al presentarse como candidata para presidir la formación autonómica es "trasladar la ilusión del 4-M a todos los rincones de la Comunidad de Madrid”, y ha asegurado, con ánimo de calmar las aguas y en un claro mensaje a la dirección de Génova que no busca “concentraciones de poder ni híper liderazgos”. Igual que ha hecho al inicio, antes de que se conociera el desarrollo de las reuniones internas, ha apelado a la unidad y ha reiterado que quiere crear una estructura y un partido en el que "todo el mundo se sienta representado”.

Su candidatura se basa en la fuerza que le dan los votos que le dieron los madrileños en las últimas elecciones y a eso se ha referido: “Si fue un éxito ir unidos al 4M, cómo no voy a querer ahora lo mismo”. Y ha vuelto a recuperar su mensaje de Valencia, el que aplacó los ánimos durante unas semanas, que trabajará para que Pablo Casado “obtenga una amplísima mayoría”. En la "batalla nacional sin tregua” que augura en los meses que quedan hasta las siguientes elecciones, la presidenta ha apuntado que peleará por cada una de esas batallas y que hará lo posible para que la circunscripción de Madrid aporte a Casado gran parte de los votos que necesita para llegar a Moncloa.