La futura zona de bajas emisiones de Madrid, el antiguo Madrid Central, podría ver peligrar el acceso a los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia al permitir la circulación de motocicletas de combustión, ha advertido la ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera.

Las zonas de bajas emisiones, cuya obligación fija la Ley de Cambio Climático para las ciudades de más de 50.000 habitantes, "ahora cuentan con un apoyo explicito de más de 1.000 millones de euros con cargo al Fondo del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, lo que nos debe permitir tener ciudades más sanas", ha dicho Ribera en entrevista con Efe.

"Creo que es bueno que el alcalde de Madrid (José Luis Martínez Almeida), que hizo campaña en contra de tener una zona de bajas emisiones, haya recapitulado", ha señalado la vicepresidenta tercera y titular de Transición Ecológica, quien ha precisado que a partir se plantean varias cuestiones sobre la nueva propuesta: si "aporta y suma, va más allá y mejora, o se queda corta".

Ribera ha recordado que la ciudad de Madrid está siendo recriminada "por su baja calidad relativa del aire con respecto a otras capitales europeas y eso es un lastre desde muchos puntos de vista, por supuesto el de la salud, pero también el económico y el reputacional".

Ahora el alcalde, que presento el pasado día 20 su nueva ordenanza de movilidad, pone de manifiesto que "amplia la zona de bajas emisiones, pero lo hace con medidas más suaves de lo que ocurría en Madrid Central".

Entre los puntos críticos, y sobre los que más quejas se han traslado al Ministerio, esta el dejar fuera la restricción absoluta o aceptar la circulación de motocicletas.

"Esto es un asunto que puede plantear algún tipo de problema con respecto a la posibilidad de acceder a la financiación del Fondo del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia", ha dicho.

Ribera ha detallado que una de las cuestiones más importantes subrayadas por la Comisión Europea es que hay que ser muy precisos en la garantía del cumplimiento de que los recursos no sean destinados a nada que pueda generar afección significativa para el medio ambiente.

A ese respecto, y a la espera de un análisis más detallado del plan de la capital, aún pendiente de aprobación definitiva, se ha producido una interpretación muy restrictiva por parte de la UE con respecto a la posibilidad de subvencionar actividades que tenga que ver con algún tipo de elemento que incorpore combustibles fósiles.

Hay algunos puntos "en el plan que proponen que pueden genera dudas con respecto a si hay o no emisiones asociadas y el tipo de vehículo que se impulsa", ha dicho.

No obstante, destaca que "esta bien" que Martínez Almeida "se preocupe por el asunto y respalde que Madrid necesita una movilidad diferente", aunque se ha desaprovechado la oportunidad de reorganizar los espacios públicos durante los meses de confinamiento, como ha hecho París.

"El dinero esta fluyendo" y cuando la ministra de Transporte Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, anunciaba ese plan de más de 1.000 millones de euros para apoyar las zonas de bajas emisiones, estaba poniendo de manifiesto que enseguida ese dinero iba a territorializarse.

Actualmente el Ministerio para la Transición Ecológica ha comprometido ya casi el 60 por ciento de los 7.000 millones que tenía asignados para 2021 en el Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia.

Las poblaciones de más de 50.000 habitantes pueden presentar sus planes, cuyas inversiones se pueden ejecutar hasta 2024.

Los fondos están fluyendo pero los ritmos son desiguales y hay un desafío de gestión importante.

"Tenemos el máximo interés de que se inviertan bien y pronto porque es la manera de dinamizar esa recuperación en la dirección adecuada en el momento que más se necesita", ha señalado Ribera.

Las zonas de bajas emisiones deben permitir ciudades mas sanas, recuperar los espacios públicos para los peatones y apostar por la movilidad no motorizada y transporte público, siempre optando por la opción más eficiente y menos emisora.

La movilidad es la principal fuente de emisiones de efecto invernadero después de la energía y seguido inmediatamente después por la industria.