A las 24 horas de que el PP ganara las elecciones en la Comunidad de Madrid, Pablo Casado exigió a Pedro Sánchez que convocará el debate del estado de la nación. El líder de los conservadores quería un largo cara a cara con el jefe del Ejecutivo para aprovechar el oxígeno que ha supuesto para él la victoria de Isabel Díaz Ayuso. Sin embargo, la última palabra de si se convoca o no corresponde al Gobierno y Sánchez, según fuentes del grupo parlamentario socialista, no tiene pensado hacerlo antes de las vacaciones de verano. "El presidente no ha dejado de comparecer en el Congreso en el último año por la pandemia. Ha habido muchos debates ya", señalan esas fuentes.

La Moncloa considera que una sesión extraordinaria así, en la que se analiza durante horas la política realizada por el Gobierno y los grupos pueden someter a votación sus resoluciones con mandatos al Ejecutivo, le será más propicio si se celebra hacia finales de año, con el calendario de vacunación más adelantado, el dinero de los fondos europeos a punto de llegar y con la euforia del PP por Ayuso más difuminada. Además, ese aplazamiento también permitirá a Sánchez no tener que abordar la posible concesión de los indultos a los presos independentistas.

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Sin debate desde 2015

Desde los años 80, por una norma no escrita, el debate del estado de la nación ha tenido una regularidad anual, con la excepción del 2012 porque había habido generales en noviembre de 2011. Sin embargo, ahora no se celebra desde febrero de 2015, con Mariano Rajoy de presidente y Sánchez de líder de la oposición. Después, con las sucesivas y múltiples elecciones (en 2015, 2016 y 2019), la moción de censura (2018) y el estallido de la pandemia (2020) los jefes del Ejecutivo, primero Rajoy y después el propio Sánchez, decidieron no convocarlo.