Las concentraciones de indignados a las puertas del parque de la Ciutadella en Barcelona para impedir la entrada de los diputados catalanes al Parlament, donde a partir de las 10.00 horas debía empezar el pleno de debate de los presupuestos de la Generalitat, han obligado al president, Artur Mas, y a la presidenta de la Cámara catalana, Núria de Gispert a llegar al recinto en helicóptero. Y no han sido los únicos.

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Todos los miembros del Govern viajaban en comitiva por la avenida Meridiana pero manifestantes les han cerrado el paso, por lo que se han buscado medios de transporte alternativo. Otros cinco helicópteros han trasladado hasta las puertas de la Cámara catalana a consellers y portavoces parlamentarios. Entre ellos, la vicepresidenta, Joana Ortega, los consellers Andreu Mas-Colell, Boi Ruiz, Ferran Mascarell, Josep Maria Pelegrí, y el jefe del grupo parlamentario del PSC, Joaquim Nadal. En el sexto y último helicóptero viajaba el titular de Interior, Felip Puig. El resto de diputados ha ido llegando en coches oficiales y en furgones policiales por el acceso de la calle Wellington, fuertemente custodiado por la policía, según informa Jose Rico.

Ya empezado el pleno, sobre las 10.15 horas, un grupo de 15 diputados esperaba en los alrededores del parque para dirigirse al Parlament. Entre estos estaban Oriol Pujol, Joan Laporta, Albert Rivera y Marina Geli. Todos ellos han podido finalmente acceder en furgones policiales. Sobre las 11.30 horas, todos los diputados estaban ya en la Cámara y los agentes antidisturbios han abandonado el acceso por la calle Wellington con Pujades, en el que se había concentrado buena parte de los indignados.

Diputados abucheados

Los primeros diputados del Parlament de Cataluña han podido entrar en el recinto del parc de la Ciutadella poco después de las 08.00 horas de este miércoles por el conflictivo acceso de la calle de Wellington después de que los Mossos d'Esquadra desalojaran, uno a uno y pacíficamente, a los cientos de indignados que se habían concentrado en este punto para impedir la entrada de los parlamentarios.

Uno de los primeros diputados en acceder al parque ha sido el portavoz de CiU, Jordi Rull, que ha entrado a pie. A continuación lo han hecho el alcalde de Vic, Josep Maria Vila d'Abadal, también de CiU, o los socialistas Joan Ferran y Celestino Corbacho. Poco antes, han entrado los trabajadores del Parlament. Lo han hecho tanto a pie como en vehículos de los Mossos. Los manifestantes han increpado a todos ellos, tanto a políticos como a trabajadores. También han entrado luego Joan Boada, Dolors Camats y Jordi Miralles. Joan Boada y Montserrat Tura han sido fuertemente abucheados y la exconsellera ha sido señalada con una enorme cruz negra en la gabardina que vestía. La zona está fuertemente vigilada por una veintena de furgones policiales y un dispositivo de 400 agentes. Además, un helicóptero sobrevuela la zona.

Según el Servicio de Emergencias Médicas (SEM), tras las cargas y desalojos de esta mañana ha habido 23 personas heridas leves, tres de las cuales son mossos.

'Ningú, ningú, ningú ens representa' es el lema más coreado

La jornada de protesta ha empezado con tensión en el acceso al parque por Wellington, donde un millar de manifestantes protagonizaban desde primera hora una sentada para impedir que los diputados entraran en el recinto. A las 07.00 horas se han producido los primeros disparos al aire de los Mossos d'Esquadra y la primera carga después de que los indignados se acercaran demasiado a los furgones de la policía.

Los jóvenes han coreado consignas contra la policía y algunos de ellos han volcado algunos contenedores para formar barricadas. Los indignados han llamado a la resistencia pacífica y han increpado a los Mossos por no llevar el número de placa visible en sus uniformes.

Otro momento de tensión se ha producido cuando agentes antidisturbios han tenido que rescatar a un grupo de policía secreta que, vestidos como los acampados, habían quedado rodeados por estos.Calma tensa en Marquès de l'Argentera

Otro de los puntos calientes está en el acceso a la Ciutadella por la avenida Marquès de l'Argentera. Allí, entre 1.000 y 2.000 personas han puesto vallas en las que han colgado pancartas y están sentadas de forma pacífica ante las puertas. En este acceso se vive una calma tensa.

La Conselleria de Interior, que dirige Felip Puig, y el Ayuntamiento de Barcelona acordaron el martes cerrar el recinto del parque para evitar que los indignados llevaran su protesta a las puertas del Parlament.