El programa electoral del PSOE ya ha pasado el examen del partido. Ahora llega la hora de la verdad: recibir la bendición del equipo económico designado por José Luis Rodríguez Zapatero. La primera conclusión del grupo que lidera el independiente Miguel Sebastián es que algunas promesas sociales deberán esperar al 2006, cuando previsiblemente el PSOE sabrá si puede financiarlos. "Primero se garantizarán los ingresos y después se distribuirá el gasto", en palabras de Sebastián.

El empeño del líder del PSOE y de su equipo económico por garantizar que no subirá la presión fiscal a los españoles está dificultando la concreción de los plazos de aplicación de las promesas sociales, las que más gasto público requieren. El propio Sebastián reconoció recientemente que una administración socialista no tendrá datos fiables de recaudación hasta pasar un ejercicio fiscal en el Gobierno.

El programa electoral es tan ambicioso en sus promesas de carácter social que los miembros del equipo de Sebastián están estableciendo ya un orden de prioridades en su aplicación. La gratuidad de los libros de texto para la educación obligatoria es uno de los primeros descartes, según fuentes próximas a Sebastián. Falta por concretar si esa oferta caerá del programa electoral antes de que lo refrende el comité federal del PSOE el 6 de febrero.

DOBLE COMPROMISO Los citados expertos resaltan que el doble compromiso de mantener la estabilidad presupuestaria y la presión fiscal obligará a ejecutar las medidas sociales progresivamente. Y el mandato explícito del líder de los socialistas para mejorar la calidad de la educación pública les obliga a priorizar las inversiones en este campo. Las promesas educativas del PSOE incrementarán el gasto en torno a un 2% del PIB, según miembros del equipo redactor de ese apartado.

Para lograr financiarlo, confían en mantener la recaudación actual y "aumentarla a medio plazo". Las armas para conseguirlo, explican, serán "más eficacia en la recaudación, mejorar la lucha contra el fraude y una mayor sencillez en los formularios de declaración de impuestos". La racionalización del gasto actual, señalan, también favorecerá las cuentas del Gobierno socialista. Como ejemplo, citan la reducción del gasto farmacéutico, que financiará las mejoras sanitarias prometidas.