La macro frente a la micro

La economía se abre paso en la campaña electoral por iniciativa del Ejecutivo. Considera que las cifras del cuadro macro avalan sobradamente su gestión en esta legislatura teniendo en cuenta una pandemia y una guerra. 

El crecimiento muestra un fuerte dinamismo en comparación con la media europea. La inflación está por debajo de esa media continental. El empleo se encuentra en niveles anteriores a la crisis financiera de 2008 gracias a la reforma laboral. La recaudación fiscal está conteniendo el déficit mejor que en otras épocas y la deuda, aún al 112 por ciento del PIB, ha caído varios puntos en los últimos meses. Sin embargo, un análisis de trazo grueso encuentra puntos débiles en este cuadro, incluso en los números más rutilantes, empezando por la inflación, la subyacente está por encima de la media europea, y acabando en el empleo, basta fijarse en las horas trabajadas y la productividad. 

Con todo, el talón de Aquiles está en la micro, la realidad económica que modela la percepción de los ciudadanos según su situación y perspectivas. Y la micro no coincide con la macro. El bolsillo y las expectativas son los datos que matan el relato. Un relato que ha acumulado demasiado ruido, innecesario y excluyente, desde el principio. 

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