El proyecto Migraciones se ha alzado en no mucho tiempo con seis premios internacionales. Háblame de este trabajo.

Es un trabajo colectivo en el que han participado diferentes departamentos didácticos del centro, profesores a nivel individual y la propia Directiva al completo y se viene desarrollando desde el año 2019. Su origen está en la necesidad que observamos de dar visibilidad a nuestros alumnos migrantes, cada uno de ellos llega con una mochila de experiencias, muchas veces traumáticas, difíciles, que no son conocidas ni por sus compañeros ni por sus profesores. Eso crea procesos de empatía, de proximidad, además de una necesidad de seguir comprendiendo. Ahí entra la segunda parte del proyecto, que no se ciñe a la realización de unos trabajos audiovisuales, sino también una serie de materiales didácticos que permiten contextualizar ese testimonio particular que ofrecen los alumnos.

Los premios siempre son un aliciente. ¿Cómo lo llevan los jóvenes que participan en la Escuela de Cine?

Para los alumnos es un estímulo ya que con estos reconocimientos comprenden que el medio audiovisual es una herramienta eficaz para desarrollar su creatividad y al mismo tiempo ser críticos con aquello que consideran que es necesario cambiar. Hay un prejuicio falso sobre los adolescentes que les tilda de pasivos. El estereotipo muchas veces se desvanece cuando pones en sus manos herramientas adecuadas, como un proceso de alfabetización audiovisual y cinematográfico, entonces te das cuenta que son muchas las cosas que quieren contar, preocupaciones, ilusiones... que llevan a sus guiones, que repasan una y otra vez, hasta tener clara la historia que quieren grabar posteriormente con sus smartphones.

¿Está previsto que esta cinta concurra a algún otro certamen?

La participación en certámenes o festivales de cine educativo no es tarea fácil por la escasez de ellos que hay. En Andalucía y el sur peninsular sólo existe uno : el Festival de Cine Educativo FOCO, celebrado en Fuente Obejuna, organizado por el Colectivo Brumaria. Creo que proyectos como este deberían ser mimados por las instituciones educativas, es decir, cuidados como se merecen, financiados y promocionados. Prácticamente todas las comunidades autónomas tienen sus propios festivales de cine educativo que son reconocidos, difundidos, financiados por las instituciones públicas, a través de sus propias RRSS, con cobertura de las TV regionales, radio, prensa y cuantos medios posean para difundir una labor básica para el futuro del sector audiovisual, tanto en relación a futuros consumidores como futuros profesionales del ámbito audiovisual. Pero además estos festivales se convierten en un lugar de encuentro, intercambio y colaboración de profesorado de toda España que utiliza metodologías educativas nuevas, eficaces y contrastadas, y todo ello en un momento donde parece que algunos paradigmas educativos se tambalean más que nunca. El que este año podamos presentar nuestro trabajo a FOCO en su 7ª convocatoria depende del trabajo sostenido del Colectivo Brumaria, un grupo de profesores de la enseñanza pública al que les gana más la ilusión que la desidia institucional.