En los últimos meses, la escuela pública está siendo fruto de constantes enfrentamientos políticos y sociales. La imagen del profesorado se asocia a protestas y huelgas sin mirar al fondo real de las mismas y utilizándolo como cortina de humo para no mirar de frente el verdadero daño que la escuela pública como institución está sufriendo en la actualidad.

Invitamos a cada una de las personas que lean este escrito a reflexionar y echar una mirada al pasado para entender lo que a esta sociedad española, --y no digamos a la andaluza--, le ha costado el poder llegar a tener una enseñanza como la que hoy tenemos. Quizá ocurra como en otros muchos aspectos de la vida, que dejamos de valorar, por simple inercia, lo que se ha conseguido con esfuerzo y que ya no se obtiene "pagando". Es como la falsa asociación de que lo barato, es malo.

El profesorado que trabaja para la escuela pública tiene una formación inicial similar, ha accedido a su trabajo por un sistema público de oposiciones y, en su mayoría, se entrega a diario al mismo.

Cada día su labor es criticada y cuestionada; es cierto que no todo el profesorado puede actuar de la forma más óptima, somos personas con nuestros errores y aciertos, pero en pocas ocasiones se destacan las virtudes de maestros y maestras públicamente y constantemente se hace con los defectos.

La calidad de nuestra enseñanza no puede ser un orgullo ahora que se hacen grandes estudios comparativos con el resto de Europa (una Europa para la que aún somos "demasiado jóvenes" como país comunitario), pero nunca antes ha existido tanto interés general por parte de los docentes, para el autoanálisis reflexivo fruto de esos malos resultados, con el fin de mejorar cada día.

También es importante destacar la forma tan injusta en la que la responsabilidad del fracaso del alumnado en las evaluaciones a nivel europeo, ha recaído directamente en la escuela pública, cuando los resultados se refieren a todo el sistema educativo español, sea público, privado o concertado.

La piedra angular que crea enfrentamientos sociales y políticos es el derecho de las familias a elegir el centro para sus hijos e hijas, un derecho que consideramos necesario, pero no a costa de dejar que se masifiquen unos centros y otros mueran sin ni siquiera una oportunidad, como está ocurriendo en nuestro colegio.

En este curso 2012/2013, el profesorado del CEIP Algafequi se ha renovado con carácter definitivo en más del 80% de la plantilla, hemos creado un claustro cohesionado con mucho que aportar a la enseñanza y con un importante compromiso con la realidad del barrio de La Fuensanta.

Está próximo el mes de marzo, en el que se abre el plazo para la escolarización del alumnado y desde nuestro centro animamos a las familias del barrio que tengan hijos/as pequeños a que nos visiten en horario escolar, que lo hagan con "los ojos y el corazón abiertos" para comprobar el buen ambiente que se respira entre el alumnado, que la relación con el profesorado es estrecha y que partimos de una educación inclusiva de todos y todas teniendo en cuenta la diversidad de niños/as que en todo centro hay.

Desde el colegio queremos y podemos ofrecer una educación integral, democrática, individualizada y de calidad; y queremos hacerlo desde lo público y para lo público.

¿No es digna de apoyar esta iniciativa ofertada para una sociedad tan necesitada de ver cómo y dónde se invierte el esfuerzo de lo que todos y todas aportamos a la Administración? Este es el reto que lanzamos, este es el ruego y la ilusión con que nos movemos.