El cultivo del olivar genera una gran parte de la producción agraria que se registra cada año en la provincia cordobesa, gracias a la cantidad y calidad de su conocido fruto, la aceituna, y sobre todo del jugo de ésta, el aceite. Por eso, toda investigación que signifique innovar en este campo tiene más que ganada su justificación en un territorio en cuya economía tiene el olivo tan grande protagonismo.

La tarea de indagar en este ámbito es prioridad para profesionales tan reconocidos como Diego Barranco Navero, doctor, ingeniero agrónomo y profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y Montes (Etsiam) de la UCO, donde es titular de la asignatura de Pomología, "ciencia que estudia los árboles frutales", según explica el propio Barranco. Especializado en ovicultura, su labor investigadora se encauza, entre otras vías, a través de un grupo del Plan Andaluz de Investigación (PAI) en la Universidad de Córdoba, que recibe el nombre de la materia sobre la que su responsable ejerce la docencia en esta universidad.

Pomología , que así se llama este conjunto de 11 doctores investigadores procedentes de dos organismos (seis de la universidad cordobesa y cinco del departamento de olivicultura del Centro de Invvestigación y Formación Agraria de la Junta), fue creado en 1989 con la una línea de trabajo fundamental: el estudio de las variedades (también material vegetal) del árbol del olivo.

MAS DE 260 TIPOSUnas cuatrocientas variedades de olivar conforman la colección que reúne el CIFA en Córdoba, "la más importante del mundo", según señala Barranco. Este banco de germoplasma es el resultado de más de 15 años de identificación y clasificación de todas las variedades de olivos que han localizado en países como Portugal, Siria y, como no, España, que registra un total de 262, según apunta el director del grupo. En Córdoba, las de mayor presencia en los campos son la Hojiblanca, la Picuda y la Picual.

Tras esta labor de prospección y caracterización, el grupo procedió a evaluar los frutos según criterios agronómicos "de interés para el agricultor": el procentaje (o tendimiento graso) y el tipo de aceite que se obtiene de cada variedad, o la resistencia al frío y a enfermedades como el repilo, la tuberculosis y la verticulosis, las tres más típicas del árbol.

MEJORA GENETICA"Ninguna variedad de olivo es perfecta". Así lo afirma Diego Barranco, quien a raiz de esta convicción inició uno de los numerosos proyectos del grupo, el de cruzar ´sexualmente´ dos variedades distintas a través de su polen. El procedimiento que siguió el grupo para ejecutar este intercambio consistió en depositar el polen de la flor de una variedad en las de otras, para, de esta forma, al salir la aceituna extraer del interior de su hueso una semilla que se supone ´hija´ de las dos variedades en cruce. En pocos meses y con la ayuda de técnicas artificiales de cultivo, la semilla plantada se ha convierte en un planta de tres metros que, en unos tres años si se fuerza su crecimiento, puede dar lugar a un árbol con un nueva aceituna. Se pretende, con este proceso, comprobar si el fruto de nueva generación es mejor que ´sus padres´.

Por otra parte, el grupo estudia nuevas técnicas para encontrar los abonos más nutritivos y facilitar una recogida con la menor cantidad de fruto caído posible. (Más información en www.andaluciainvestiga.com .)