Informe

Los trabajadores ganan poder adquisitivo pero todavía no se han recuperado de las últimas dos crisis

Esa subida se debe a tres factores: el incremento del SMI, las alzas por convenio debido a la inflación y la dificultad para encontrar determinados perfiles

Trabajadores de la construcción.

Trabajadores de la construcción.

Gabriel Ubieto

Los sueldos de los trabajadores de base subieron intensamente durante el 2023, por encima de los precios y ganando así poder adquisitivo. No obstante, Roma no se construyó en un día y el poder de compra perdido por la gran mayoría de los empleados durante las dos últimas crisis no se recupera por un buen ejercicio en términos salariales.

Así lo constata un informe de la consulta Icsa y de la escuela de negocios Eada publicado este miércoles y que analiza la evolución de las remuneraciones desde 2007. La conclusión del mismo es que el poder de compra de los asalariados es hoy menor que cuando estalló la crisis del ladrillo y financiera. "Estamos presentando un estudio que no da muy buenas noticias", ha reconocido el socio director del área de estudios de Icsa, David Suárez.

El informe de Icsa y Eada, elaborado en base a 80.000 referencias salariales recogidas entre julio del 2022 y julio del 2023, retraran un 2023 salarialmente más beneficioso para los trabajadores de base que para sus superiores. Una imagen que coincide con los estudios de otros casas, como el reciente de Ceinsa.

Concretamente el documento presentado este miércoles constata que la remuneración de los empleados de base aumentó en 2023 respecto a 2022 un 8,8%, el incremento más holgado de la serie histórica y sustancialmente por encima de las estimaciones de otras fuentes, como el salario por hora efectivamente trabajada del INE (5%) o los datos de nóminas recopiladas en tiempo real por CaixaBank Research (3,6% en el último trimestre).

Los autores del análisis atribuyen esa fuerte subida a un triple combo: una intensa subida del salario mínimo interprofesional (SMI), que fue del 8%; a unos aumentos pactados por convenios colectivos por encima de la inflación, que fue del 4,6%; y a la dificultad creciente para parte de las empresas a la hora de encontrar determinados perfiles.

Malos tiempos para los mandos intermedios

Intensa subida para los empleados raso y más moderada para los directivos, del orden del 3,3%. Ahí el informe de Eada e Icsa lo justifica por la "consecución de objetivos". Según los últimos datos de la Central de Balances Trimestral publicados por el Banco de España, referente al primer semestre del 2023, los beneficios empresariales aumentaron en términos interanuales un 17,7%.

Para quienes 2023 no fue un buen año fue para los mandos intermedios, que vieron reducidas sus remuneraciones un 3,8%, algo que los autores del estudio atribuyen al actual escenario de incertidumbre que viven las compañías a corto plazo. "En épocas de bonanza son los primeros que ven subir su sueldo y en momentos de incertidumbre son los primeros que ven mermar sus remuneraciones", ha explicado Jordi Assens, profesor de Eada.

La posición de los mandos intermedios no es halagüeña a futuro, en tanto que la irrupción de la inteligencia artificial amenaza en mayor medida sus roles, ahondando en estructuras empresariales más polarizadas, con más empleados de base y jefes y menos personal entre unos y otros.

La incógnita del efecto de la reducción de jornada

El Gobierno y los agentes sociales empezarán a negociar este próximo jueves cómo será la reducción de jornada laboral máxima de las actuales 40 horas semanales a 38,5 horas. Una rebaja de tiempo de trabajo que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ya ha dejado claro que deberá producirse sin merma salarial alguna. Es decir, el salario por hora de los empleados se verá aumentado.

¿Será eso un argumento por parte de las empresas para ofrecer menores incrementos salariales a corto plazo? "Es difícil pensar que [la reducción de jornada] va a tener un efecto positivo sobre los beneficios empresariales y, por ello, tampoco en los salarios", ha declarado el socio director del área de estudios de Icsa.

El objetivo del Gobierno es llegar a una reducción de jornada a las 38,5 horas en 2024 y a las 37,5 horas en 2025. Es en esta segunda fase cuando se producirá el gran salto cualitativo en la gran mayoría de convenios colectivos. En la primera el efecto, si bien sustancial, será más moderado y ello puede influir en las negociaciones salariales. Es decir, en aquellos ramos de actividad donde la reducción de tiempo de trabajo tenga más incidencia, la disputa por los salarios puede ser mayor y en aquellos donde tenga menos, las negociaciones se verán menos condicionadas por ello.