ANÁLISIS

La realidad es que...

2024 está a la vuelta de la esquina con sus nuevas reglas de papel y tijera...

Monedas y billetes de euros.

Monedas y billetes de euros. / EUROPA PRESS - Archivo

Francisco José Bocero

Francisco José Bocero

Después de que el INE revisara al alza esta semana el crecimiento de 2021, el de 2022 y el del segundo trimestre de este año, es comprensible la autocomplacencia gubernamental sobre el estado de la economía. La cuestión es que se trata de fotos fijas ya vividas y como advierten los folletos de cualquier fondo o instrumento de inversión, «rentabilidades pasadas no garantizan las futuras». 

Entramos en otoño con unas perspectivas mucho más inciertas que las de años anteriores, por mucho que el debate económico haya desaparecido de la agenda, salvo para relativizar cualquiera de las malas noticias que, sin hacerles caso o no entender su dimensión, asoman de vez en cuando. 

La realidad es que la inflación no remite, la subyacente, la importante; que los precios del petróleo no dan, ni darán, tregua; que los tipos de interés, menos aún y que nuestros socios comerciales están estancados, comenzando por Alemania. La realidad es que hay muchas señales preocupantes mientras que la eficiencia pública, ahí está el ejemplo de los PERTEs del Plan de Recuperación, continua en niveles cuestionables. La realidad es que hay mucha incertidumbre económica y que 2024 está a la vuelta de la esquina. Con papel y tijera...

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