ERC, EH Bildu, la CUP y el BNG votarán 'no' a la reforma laboral en la votación del próximo 3 de febrero. Al menos, por el momento. Las cuatro formaciones han insistido este jueves en que el acuerdo entre sindicatos y patronal es "insuficiente" y piden al Gobierno "abrir un proceso de diálogo y negociación con el fin de alcanzar un acuerdo que permita acordar una reforma laboral ambiciosa". Una vez más, han expuesto sus condiciones a cambio de su 'sí' y han avisado a PSOE y Unidas Podemos que solo de esta forma lograrán una "amplia mayoría en el Congreso".

Estas formaciones llevaban desde el 31 de diciembre, pocos días después de que el Ejecutivo aprobara la reforma laboral, preparando un frente común para presionar al Gobierno a cambios en la normativa, como informó El Periódico de España.

Descartar a Cs

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha viajado esta semana a Barcelona para escenificar un frente común con los sindicatos y presionar a ERC para que acaben aceptando tramitar la reforma en el Congreso.

Díaz se rodeó este miércoles de los sindicatos CCOO de Cataluña y UGT de Cataluña, en dos actos públicos con atención a los periodistas incluida, para redoblar la presión sobre los independentistas.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que hace dos semanas cenó con Díaz en Madrid tras pronunciar una conferencia en el Club Siglo XXI, ya advirtió entonces que era “muy difícil" que ERC apoyase la reforma laboral, ya que lo que querría su partido es la "derogación de las reformas laborales de 2010 y 2012", y lo que se plantea ahora, en cambio, solo son "elementos parciales que se han modificado".

Pese a la reticencia de los socios habituales del Gobierno a dar su 'sí' al acuerdo de patronal y sindicatos si no se producen cambios, Díaz se mostró ayer convencida de que al final la reforma se aprobará con las formaciones progresistas. En una entrevista en la Cadena Ser descartó cualquier escenario en el que el Gobierno logre la mayoría necesaria apoyándose en Cs "porque esa entrada expulsa a fuerzas de izquierdas". "No da la suma de ninguna manera con Ciudadanos", sentenció la vicepresidenta.

"Esta norma cambia el paradigma de las relaciones laborales en nuestro país. Es muy difícil decirle que no", apuntó la ministra de Trabajando en la línea habitual de presión a sus socios. Según dijo, "quien vote en contra va a tener que explicar a sus trabajadores y es muy difícil explicarlo".