El final de la crisis del aluminio pasa por el despido masivo de todos los trabajadores de la empresa asturiana Alu Ibérica. Esto, una regulación de empleo, es lo que han planteado los administradores concursales a los representantes de los trabajadores en un reunión que se celebró esta mañana y que sirvió para dar la puntilla a una pelea por un futuro que se inició a finales de 2018.

Los administradores concursales, el equipo que gobierna el abogado Miguel Gómez Gordillo, se hicieron cargo de las cuentas de Alu Ibérica el pasado día 13 de diciembre y desde entonces han buscado una solución al agujero que dejó la gestión investigada por los dueños de la fábrica -David Domenech y Alexandra Camacho, ambos imputados por la Audiencia Nacional en la causa de descapitalización fraudulenta de la aluminera de Avilés-.

Los administradores concursales se han encontrado con las arcas absolutamente vacías. Intentaron hacer dinero vendiendo chatarra y cobre, pero el resultado de esa venta, no consigue levantar la realidad subterránea en la que se encuentra la empresa. Por eso es por lo que han presentado la posibilidad de un ERE de extinción de empleo que se activaría de manera inmediata (después de Reyes).

Los responsables actuales de la planta, tras el paso de la entidad comercial Grupo Industrial Riesgo, no han recibido oferta alguna por la adquisición de la empresa. Lo que sí que han oído son aproximaciones. Y estas aproximaciones están vinculadas a la venta de los activos sin la plantilla.

Los sindicatos ahora tienen que valorar la propuesta de los administradores, la que dejará a Asturias sin aluminio después de casi ochenta años.