El BBVA ganó 3.311 millones de euros entre enero y septiembre, frente a las pérdidas de 15 millones de euros que registró en el mismo periodo de 2020 por el deterioro de 2.084 millones que tuvo que aflorar en el fondo de comercio de su filial en Estados Unidos. La mejora del resultado se ha basado principalmente en las menores provisiones para afrontar pérdidas futuras (-46%), después de las dotaciones extraordinarias realizadas el año pasado por la pandemia

El banco ha anunciado este viernes que ha recibido la autorización del Banco Central Europeo (BCEpara iniciar su anunciada recomprar de hasta el 10% de su capital, por un importe máximo de 3.500 millones de euros durante un máximo de 12 meses. El grupo ha decidido comprar los primeros 1.500 a partir del 18 de noviembre, en que celebrará su día del inversor, y durante unos tres o cuatro meses. Este tipo de operaciones se están imponiendo como una forma de remunerar al accionista, ya que eleva el valor de sus títulos al reducir las acciones en circulación.

El BBVA va a financiar la recompra gracias a las plusvalías obtenidas por la venta de su filial estadounidense, que han favorecido que su capital se eleve hasta un notable 14,48%. Incluso descontado el efecto de la recompra de acciones, seguiría en un alto 13,18%. El grupo, así, todavía tiene un margen de entre 5.000 y 3.500 millones sobre su objetivo de solvencia (del 11,5% al 12%) para financiar otras operaciones, después de aprovechar el exceso también para pagar su reciente ere en España de 2.725 salidas.

Exceso de capital

Su consejero delegado, Onur Genç, ha asegurado que la entidad dará salida a dicho exceso de capital en los próximos dos o tres años destinándolo a crecer de forma rentable o, si no es posible, a nuevas remuneraciones extraordinarias al accionista. También ha dejado la puerta abierta a hacer compras, particularmente en los mercados donde ya opera, pero ha dicho no estar "cerca" de cerrar nada. En este sentido, ha evitado pronunciarse sobre si se arrepiente de no haber adquirido el Sabadell el año pasado, vista la fuerte revalorización bursátil del banco catalán desde entonces: "Nosotros miramos hacia delante".

El ejecutivo turco también ha asegurado que el grupo seguirá mejorando su eficiencia (relación entre ingresos y gastos) en los próximos años, pero ha afirmado no tener "planes a corto plazo" para realizar nuevos eres o cierres masivos de oficinas. Asimismo, ha desvelado que todavía no ha liberado parte de las provisiones extraordinarias que realizó el año pasado por el covid, al contrario que otros bancos, porque quiere esperar a ver qué pasa con la morosidad empresarial en España en 2022. Además, ha evitado contestar las preguntas sobre la investigación judicial por la relación del banco con el excomisario Villarejo. "Nuestra prioridad es cooperar con las autoridades para aclarar los hechos", se ha limitado a contestar repetidamente.

Divisas negativas

En sentido negativo, los resultados se han visto penalizados por la depreciación de las monedas de varios países en los que opera el banco respecto al euro. En particular la lira turca (-11,5%), donde el banco tiene su tercera filial más importante. Como consecuencia de este tipo de cambio adverso, los ingresos del grupo han caído un 0,2%. Los gastos, en cambio, crecieron (2,2%), con lo que el margen neto cayó un 2,1%. Si el efecto de las divisas, hubiera crecido un 4,9%.

Las menores provisiones permitieron que el resultado antes de impactos extraordinarios creciera un 84%, hasta los 3.727 millones. El beneficio final se vio lastrado por los 696 millones reservados para pagar el ERE en España, solo parcialmente compensados por los beneficios que recibió de su filial estadounidense antes de su venta (280 millones).