Bankia ganó 230 millones de euros el año pasado, el 57,6% menos que en el 2019, debido fundamentalmente a las provisiones excepcionales de 505 millones que realizó para protegerse de las futuras pérdidas que le provocará la crisis del coronavirus cuando vayan venciendo las medidas de apoyo público a empresas y familias y comience a aumentar la morosidad.

En su último ejercicio como entidad independiente antes de su integración en CaixaBank, sus ingresos básicos descendieron un 5,9% como consecuencia de los tipos de interés negativos y de un balance muy expuesto a las hipotecas. El aumento de las comisiones (12,2%) compensó parte de la caída del resultado por la venta de carteras de deuda (50,7%), lo que llevó los ingresos brutos a bajar el 4,8%.

El descenso de los gastos fue menor (1,9%), con lo que el resultado antes de provisiones cayeron aún más (8,9%). Sin embargo, la venta de las participaciones en Caser y el negocio de depositaría de valores de CecaBank, principalmente, aportó 183 millones e hizo que el beneficio antes de las provisiones extraordinarias creciese el 8%.

"2020 se ha convertido en el año de la culminación del proyecto de Bankia como entidad independiente. Y tengo para mí que debemos hacer un balance muy positivo, del que yo me siento muy orgulloso, ha afirmado su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, en una nota. Todo el equipo de Bankia ha tenido que afrontar enormes retos de gestión durante estos diez últimos años, que se han materializado en importantes éxitos y han hecho posible que estemos finalizando una etapa francamente magnífica. Todo ello, nos sitúa en una posición extraordinaria de cara a la integración con CaixaBank y estoy convencido de que juntos tenemos un futuro enormemente ilusionante y prometedor", ha añadido.

El banco ha destacado que en tres años ha generado 2.934 millones de euros de capital, entre el acumulado y el ya repartido como dividendos, por encima de los 2.500 millones que se había fijado como objetivo en su plan estratégico 2018-2020. Su nivel de solvencia principal, así, ha subido del 13,02% al 15,48%, con un elevado colchón sobre el mínimo regulatorio de 710 puntos básicos. En principio iba a repartir parte a los accionista como dividendo extraordinario, pero finalmente servirá para financiar los ajustes que conllevará la fusión con CaixaBank.