Bankia ganó 804 millones en el 2016, un 22,7% menos. Si se excluye el efecto comparativo de la venta de su banco de Florida en el 2015, el beneficio cae el 8,4% por el fuerte descenso de los ingresos por los bajos tipos y la provisión para devolver el dinero de las cláusulas suelo (65 millones netos), que solo ha podido contrarrestar parcialmente por las menores provisiones para afrontar pérdidas y los menores gastos. La entidad sigue teniendo un ratio de capital elevado (13,02%) pero ha decidido sacrificarlo levemente (en septiembre estaba en el 13,24%) para poder pagar un dividendo un 5% superior al anterior.

La morosidad ha caído en un año del 10,8% al 9,8%. Sin embargo, el peso de las provisiones para cubrir esos activos problemáticos también ha bajado del 60% al 55,1%, en parte por efecto de la última circular contable del Banco de España. El crédito ha caído el 6,3% y los recursos de clientes, el 5,8%. La rentabilidad ha bajado del 9% al 6,7% y la eficiencia (relación peso de los gastos sobre los ingresos) ha empeorado del 43,6% al 48,9%. Pese a ello, su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, se mostró ayer convencido de que Bankia será el banco más solvente, rentable y eficiente de las grandes entidades españolas.

El ejecutivo también confió en que el Estado decida pronto si quiere fusionar BMN con Bankia. En esta línea, reiteró que espera que el Gobierno encuentre alguna «ventana» para vender una nueva parte de su capital en el mercado, pero matizó que lo lógico sería hacerlo después de aclararse la integración.