Quienes han convertido las gráficas que describen las cotizaciones bursátiles en una ciencia no exacta pero fiable hasta cierto punto, divulgaron ayer la advertencia de que en el Nasdaq norteamericano se aprecia un trazado de puntos que toma la forma de un diamante. Alzas y bajas, retrocesos y progresos según el volumen invertido, en un calendario acotado de días, advierte de que algo está a punto de suceder. Quienes dan pábulo a estas teorías, advierten de que puede aparecer un movimiento corrector "eufemismo de bajada" las próximas jornadas.

Solo faltaba que ayer por la tarde se conociera que el PIB de EEUU había registrado un avance apenas perceptible, y que la Reserva Federal estuviera reunida desde el martes para lanzar la advertencia: la presidenta de la Fed, Janet Yellen, tiene ante sí una advertencia de los mercados, "el diamante", por si mantiene la política de retirada mensual de estímulos financieros. Hoy se sabrá la decisión, dado que en EEUU es laborable.

En los mercados europeos se recibió con un cierto alivio que la inflación de la eurozona haya repuntado, una paradoja si se tiene en cuenta que durante décadas el fantasma del IPC era el que mejor agitaban los alemanes más ortodoxos. El balance global del mes de abril ha sido moderado, no solo por la estabilidad de los principales índices bursátiles, sino porque la tendencia al estancamiento de algunas de las principales economías europeas sigue latente.

El Ibex 35 cerró ayer plano (-0,02) y dejó el índice general en los 10.459 puntos.