Noviembre deja buen sabor de boca. La primera jornada del mes trajo la mejora de la perspectiva de ráting para España por parte de Fitch, que la pasó de negativa a estable. Y la última sesión hábil del mes arrancó con la revisión, también al alza, de la perspectiva por parte de Standard & Poor's. Con el derroche de amabilidad con España de las temidas agencias de calificación crediticia, los inversores han sacado la chequera dispuestos a ganar dinero en un mercado bajista. Ayer se conocía la balanza de pagos española de septiembre, que constata que los extranjeros han inyectado 46.770 millones de enero a septiembre, frente a la fuga de 224.300 millones en el mismo periodo del año 2012.

A pesar de ello, el Ibex 35 finalizó el mes con un retroceso del 0,7% y Wall Street repuntó un 3,5% mensual. El mes ha servido para que el Eurogrupo escenifique el final del rescate de la banca española, al que se dará carpetazo a final de diciembre. Y para que el Gobierno apruebe la normativa por la que los bancos se anotarán 30.000 millones de capital extra, más ayudas a un sector mimado por las arcas públicas. Noviembre también será recordado por los datos de contabilidad nacional del tercer trimestre que confirmaron la salida de la recesión gracias a una mejora imprevista del consumo.

Algunas cotizadas también se despiden con buenas noticias. Es el caso de Repsol, que después de 19 meses de litigios, ha logrado cerrar un preacuerdo con el Gobierno argentino para lograr una indemnización por la expropiación del 51% de YPF.