Los sindicatos de los trabajadores de tierra y de los tripulantes de Iberia rompieron ayer las negociaciones con la compañía para el plan de reestructuración tras analizar la última propuesta de la empresa y calificarla de "chantaje".

Iberia reducía la cifra de 4.500 despidos previstos inicialmente a una reducción de 3.147 empleos; limitaba al 11% la rebaja salarial de los trabajadores de tierra (antes era del 23%) y al 25%, la de tripulantes y pilotos (frente al 35%); y accedía a aplicar a todos los despidos las condiciones del ERE vigente (y no la reforma laboral pura y dura), pero todo ello si se aprobaba como un paquete cerrado. La aerolínea justificó el plan por la necesidad de recortar los gastos para poder volver a obtener beneficios tras unas pérdidas de más de 300 millones de euros el año 2012.

La respuesta de los sindicatos fue presentar un preaviso de "conflictividad", lo que conlleva la convocatoria de una reunión ante el Servicio de Mediación y Arbitraje la próxima semana.