Dice la RAE que un milagro es un "hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino". Con todo, el origen del vocablo tiene unas connotaciones más prosaicas. Proviene del latín mirari , que significa "contemplar con admiración, asombro o estupefacción".

Con cierta estupefacción, precisamente, vieron los inversores como la UE confirmó ayer que el déficit español alcanzó el 9,4% el año pasado, en lugar del 8,5% adelantado por el Gobierno, por las ayudas a la banca (¿recuerdan cuando nos decía que no iban a costar un euro a los contribuyentes?) y las facturas sin pagar no anotadas de las administraciones. En cambio, The Economist no parece mirar con ninguna admiración a España, pues asegura que sería "casi un milagro" que el déficit público se acercara este año al 6,3% comprometido con Europa.

Asombro provocó en el mercado que Irlanda asegurase que Merkel le había prometido un trato "especial" en la recapitalización directa (sin pasar por las cuentas del Estado) a la banca, algo negado a España, y que poco después desmintió Alemania.

No extraña, así, que el Ibex-35 cayese ayer el 0,46%, hasta 7.877,1 puntos, y que la prima de riesgo escalase a 388 puntos. Como decía el maestro Leonard Cohen: "Hagamos alguna locura / algo absolutamente equivocado / mientras esperamos el milagro / el milagro que está por llegar". ¿Confiar en que Europa resuelva sus angustias, por ejemplo?