¿Qué puede motivar que cientos de jóvenes (y no tan jóvenes) pasen la noche al raso en las calles de cualquier ciudad española en una fría noche de septiembre? Sin duda, pocas marcas tienen ese poder de convocatoria hoy en día, y una de ellas es Apple. Ayer, la puesta a la venta del último modelo de su teléfono, el iPhone 5, volvió a ofrecer imágenes poco habituales durante la crisis.

En Barcelona, por ejemplo, un centenar de personas decidieron pasar la noche en vela en el paseo de Gracia para ser los primeros en tener el nuevo móvil, que destaca por su mayor pantalla (4 pulgadas), ser un 18% más fino y un 20% ligero que su versión anterior, además de su mayor potencia. "Ha sido increíble. Pasar aquí la noche es una experiencia muy buena porque el teléfono vale la pena", aseguró Kay Kuehne, primero de la cola, nada más conseguir el teléfono. Le costó 669 euros (16 GB) y, móvil en mano, destacaba lo poco que pesaba y "el diferente tacto" del terminal.

Fue el primero en llegar, y lo hizo a las 13.00 horas del jueves. Los segundos de la cola eran Adolfo Herrero y Roger Ribó, que se presentaron a las 12.45 pero, al no haber nadie, decidieron ir a comer antes de acampar en la popular arteria comercial. "Apple hace unos productos muy buenos y vale la pena pasar la noche en vela para ser los primeros en tenerlos", señaló Herrero.

Alguien podrá pensar que lo que buscan muchos es salir en las fotos y aparecer en la prensa. Sin embargo, a unos cuantos kilómetros de allí, en la otra tienda Apple de la ciudad, medio centenar de jóvenes pasó la noche en el centro comercial donde se encuentra el establecimiento para, también, ser los primeros en tener el nuevo móvil. Y allí no había cámaras.

Modelos agotados

A media mañana, las colas para comprar el teléfono eran de tres horas. Algunos de los modelos incluso se agotaron. Pero la escena no fue insólita: se repitió en otras grandes ciudades españolas.

Una de las novedades del teléfono son los nuevos mapas que, sin embargo, han despertado numerosas críticas por su poca precisión. Hasta tal punto han sido un fiasco que el consejero delegado de Apple, Tim Cook, tuvo que dar ayer un paso al frente y pedir disculpas a los usuarios. En una carta, además de reconocer que estaban "muy tristes" por haber causado "frustración" a los clientes, Cook recordó a los usuarios que podían descargarse otras aplicaciones de mapas (Bing, Waze) de la App Store. E, incluso, recomendó "usar los mapas de Google o Nokia yendo a sus páginas web".