Ninguno de los protagonistas del diálogo social quiere levantarse de la mesa y quedar como el malo de la película, pero el proceso quedó ayer severamente tocado. La CEOE rechazó la tercera oferta del Gobierno, presentada el lunes, y exigió un nuevo documento de propuestas para seguir negociando.

El Ejecutivo, que esperaba una actitud más constructiva, calificó la postura como "de máximos" y rechazó convocar una nueva reunión si la patronal no acepta el último texto como base de negociación. Con ese comportamiento, el acuerdo es "materialmente imposible", afirmó el Ministerio de Trabajo.

INACEPTABLE El comité ejecutivo de la CEOE ya había considerado inaceptable la propuesta del Gobierno por la mañana. En consecuencia, sus negociadores se plantaron en la reunión vespertina reiterando su reclamación de una rebaja de las cotizaciones sociales de cinco puntos (el Gobierno ha propuesto 1,5 y argumenta que es el máximo al que se puede llegar sin amenazar las cuentas de la Seguridad Social). También reclamaron emprender la polémica reforma laboral que el Gobierno quería que negociarán con los sindicatos en los próximos meses.

Fuentes de UGT y CCOO apuntaron que la patronal había calificado la propuesta del Ejecutivo como "insuficiente económicamente y mal orientada". Los sindicatos sostienen que aceptan la propuesta del Gobierno como base, pero hay cosas que no les gustan. Sobre todo, que el nuevo programa de ayuda de 420 euros para parados de rentas bajas que se queden sin prestación dure seis meses, ampliables a otros seis para nuevos beneficiarios. Pese al desencuentro, el presidente del Gobierno decidió no desconvocar la cena en la Moncloa a la que había invitado a los presidentes de CEOE y Cepyme, Gerardo Díaz Ferrán y Jesús Bárcenas, y a los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente.

Para salvar el proceso, José Luis Rodríguez Zapatero pretendía conocer qué creen "innegociable" los agentes sociales y qué están dispuestos a tratar. La patronal apuntó que, pese a que las posturas están muy alejadas, acudía a la cena porque no da por rotas las negociaciones.