Los peores augurios para las bolsas se han cumplido. El Ibex 35, el principal indicador del mercado español de renta variable, cierra el primer semestre del año (12.046 puntos) con pérdidas que superan el 20%. Se trata de la mayor caída desde que fuera creado en 1993. Tan solo otra crisis --aquella no ofreció dudas sobre tal definición--, la causada por el estallido de la burbuja tecnológica, ofreció un rendimiento tan malo del mercado, si bien la caída (14,4%) fue algo menor.

Eso ocurría en el segundo semestre del 2000. En el conjunto del año, el Ibex perdió casi el 20%. Está por ver si en la segunda parte del presente ejercicio los indicadores emularán la evolución de hace ocho años. Los expertos albergan dudas de que la recuperación pueda producirse de inmediato, ya que no parece haber demasiadas razones para conjurar el clima de desconfianza que reina en las economías occidentales. "Los bancos centrales están atados de pies y manos --sobre todo el europeo-- para poder acabar con la situación de pesimismo", destacó Rosa Duce, economista del Centro de Inversiones de Deutsche Bank. La espiral inflacionista provocada por el incremento de los precios de las materias primas, principalmente el petróleo, y de los alimentos obligará a las autoridades monetarias a mantener o elevar los tipos de interés. Previsiblemente, el BCE los subirá de nuevo pasado mañana. Las expectativas de tipos al alza tienen un impacto negativo en las bolsas. Tampoco mejora el clima de desconfianza del mercado interbancario, donde el dinero que se presta es más caro.

MENOS BENEFICIOS Esa pendiente, que transcurre por una caída del consumo, a su vez genera menores previsiones de beneficios de las empresas, lo que acaba por determinar la segunda variable que incide en la evolución bajista de las bolsas: si las empresas no van a ganar más, los inversores tampoco. "La liquidez se desplaza de los mercados de renta variable a los de materias primas, donde el encarecimiento de los precios en parte se debe a la especulación en los mercados de futuros", explicó Mariano Sancho, director de renta variable de Riva y García.

Los expertos evitan pronunciarse sobre la profundidad de la crisis bursátil, pero reconocen dos factores que pueden incidir en un cambio de tendencia: la evolución de la economía norteamericana y los bajos precios a los que se han colocado las acciones. "EEUU comienza a dar signos de recuperación, quizá porque la Reserva Federal hizo los deberes al bajar los tipos. Y si Wall Street sube, acabará tirando de las demás", comentó Duce. La evolución semestral del Dow Jones es algo mejor que la del Ibex. El principal indicador de Nueva York cae el 14%.

REACCION EN CADENA Los analistas, además, esperan que si la economía de EEUU mejora --de momento, se descarta la recesión--, el dólar comenzará a fortalecerse frente a la divisa europea. Se considera un síntoma que el euro no haya superado los 1,58 dólares y se confía en un moderado cambio de tendencia. Y aunque no son hechos consustanciales también se espera que el petróleo comience a reducir los precios para situarse en torno a 120 y 130 dólares. Además, es año electoral en EEUU, lo que puede suponer un vuelco en las políticas económicas.