Juegos Olímpicos París 2024

Rafa Lozano Jr. y su desafío olímpico en boxeo: "No voy a ir a París a hacerme fotos"

El boxeador cordobés, de 19 años, afirma que se siente aún "en una nube" después de su clasificación en Bangkok y coloca como eje de su carrera la figura de su padre, el tres veces olímpico 'Balita' Lozano: "Es mi ídolo y mi referente"

Rafa Lozano Jr. en el Palacio de Deportes Vista Alegre.

Rafa Lozano Jr. en el Palacio de Deportes Vista Alegre. / Víctor Castro

Francisco Merino

Francisco Merino

Camina con ese aire decidido y engallado de los boxeadores. Acaba de ganarse un billete para los Juegos Olímpicos de París, está recién aterrizado desde Tailandia y todavía anda metido en una burbuja de sensaciones que orbitan en torno a una formidable realidad: ya ha hecho historia. Pero no se conforma con una plaza en la Villa Olímpica. 

Observa en el Palacio de Deportes Vista Alegre la galería de placas que homenajean las hazañas de los medallistas olímpicos nacidos en Córdoba y lo ve claro. "Ve preparando una más que dentro de dos meses la váis a poner", le dice sin que parezca una broma a Pedro Urbano, director de la instalación, que no puede evitar sonreír ante la desarmante naturalidad de un deportista que ha destrozado el cartel de promesa para erigirse en un referente para el boxeo español.

Cuestión de genes

Como lo fue -y lo sigue siendo, ahora en el cargo de seleccionador nacional- su padre, Rafael Lozano (Córdoba, 1970), que brilló en los Juegos de Barcelona 92 -diploma olímpico-, Atlanta 96 -medalla de bronce- y Sidney 2000 -plata-. Rafa, su hijo, no había nacido cuando todos esos episodios de gloria forjaban una leyenda local. El chico del barrio de San Pedro que decidió hacerse boxeador midiendo apenas metro y medio, criado en una familia de soñadores: un hermano era bailaor de flamenco y su padre simbolizaba la irreductibilidad de carácter. Montó un puesto de venta callejera en el que despachaba desde paraguas hasta gorras, juguetes o camisetas del Real Madrid... ¡justo en la puerta de El Corte Inglés! Sin miedo a la competencia, sembrando gallardía al lado del grande. 

Lozano, bajo la placa que conmemora las gestas olímpicas de su padre en el Palacio de Deportes Vista Alegre.

Lozano, bajo la placa que conmemora las gestas olímpicas de su padre en el Palacio de Deportes Vista Alegre. / Víctor Castro

Un objetivo fijo

"Voy a por la medalla de oro", asegura Rafa Lozano Jr. (Córdoba, 2005) sin titubeos. No suena en absoluto a arrogancia, sino a esa seguridad con un punto ingenuo, con tintes temerarios, propia de un joven de 19 años que tiene motivos para aferrarse a una lógica que le parece aplastante: el trabajo duro y la determinación conducen al éxito. Esos genes se dejan sentir en el joven púgil, el último hasta ahora de una estirpe indomable. En Bangkok disputó el torneo clasificatorio que abría la puerta de París. Era entonces o ya se terminaba. Cuando los árbitros anunciaron su victoria por decisión unánime ante el norcoreano So Chon Ryong en las semifinales, el cordobés estalló en un llanto incontrolable. Su entrenador sonreía de modo discreto con esa sensación tan propia de los padres cuando logran una victoria por delegación.

"Sí, fue un momento muy especial para mí", admite el joven cordobés. "Después del año tan duro que tuve en 2023, el haber conseguido medalla europea y la clasificación para los Juegos fue... Se me vinieron todos los recuerdos y por todo lo que he pasado y rompí a llorar. A día de hoy todavía estoy en una nube", reconoce.

La presión la lleva por dentro. No hay deporte que acentúe más la condición de soledad que el boxeo. Uno contra uno. El perdedor se marcha sin nada. En la carrera olímpica, medio centenar de competidores acudieron a Tailandia buscando las últimas plazas. "Tuve muchísima presión, porque llegué a la última oportunidad, la última de todas las últimas. Al final clasifiqué y estoy doblemente contento por eso. Era la que me quedaba y lo conseguí", recuerda Lozano, que a partir de ahora se enfoca de modo absoluto en la cita de París en este próximo mes de julio. Y su plan es rotundo: "De vacaciones no voy, desde luego. Para nada". 

"Es un gran logro estar en los Juegos Olímpicos y más con mi edad, pero no me conformo con participar. No voy a allí a hacerme fotos con los jugadores de baloncesto ni con los de fútbol. Yo voy con la idea de ganar la medalla de oro, porque para eso estreno duro y me sacrifico todos los días", apunta como una feroz declaración de intenciones.

Veinticuatro años después, un Lozano subirá a un ring olímpico para combatir. Apuesten a que habrá lágrimas. Tanto uno como otro son muy emocionales. Tener a mi padre es un apoyo porque es un referente, un amigo... Cada vez que él está en mi esquina yo saco un extra que con nadie saco. Confío plenamente en él y me da fuerzas que él esté ahí conmigo", explica Lozano, que vio las andanzas deportivas de su progenitor en vídeos. "Siempre ha sido mi ídolo. Es brutal. Ojalá pudiera boxear la mitad de lo que hace él", cuenta sobre el mejor púgil olímpico español de todos los tiempos. "A mí me llena de orgullo ser su hijo", zanja sobre El Balita, apodo deportivo de su padre. En París continuarán una aventura en la que ya han escrito capítulos brillantes. El bronce en el Europeo y la clasificación olímpica colocan a Rafa Lozano como una esperanza de medalla en la selección española, en la que habrá seis integrantes. Todos con sus aspiraciones y sus sueños. Pero uno de ellos, El Balín Lozano, con una misión especial en el nombre del padre.

Padre e hijo en la grada del Palacio de Deportes Vista Alegre.

Padre e hijo en la grada del Palacio de Deportes Vista Alegre. / Víctor Castro

"Somos una y carne"

Lozano Jr. define como "superbuena" la relación con su padre. "Somos uña y carne, somos uno. Sabemos diferenciar lo deportivo de lo personal y por eso nos llevamos tan bien", indica el joven deportista, cuyas aficiones quedan supeditadas a su pasión por el boxeo, al que se dedica de modo absoluto, casi obsesivo.

"Quería clasificarme y no era ir de boquilla. Lo he demostrado. Ahora no voy a parar"

Rafael Lozano Jr.

— Boxeador

"Ahora mismo estoy centrado en el boxeo. Terminé la ESO y me quise concentrar para ir a los Juegos Olímpicos de París. Estaba en la residencia Joaquín Blume de Madrid y mi idea era centrarme en ir a los Juegos para hacer historia. He conseguido lo que quería, ya tengo mi sitio en París y ahora voy a por la medalla de oro", apunta, reconociendo que todo cambiará en el futuro. "Cuando termine esto pues tendré que ocupar la cabeza y hacer unos estudios porque el deporte se termina y hay que tener un plan B. Pero ahora mismo mi único pensamiento es ganar la medalla olímpica", recalca. Pasó un 2023 lleno de sufrimiento, dudas y lesiones. Pasó por el quirófano. Cuando todo parecía perdido, renació de una manera conmovedora.

Su éxito en Tailandia tiene también un tono reivindicativo. Lozano es consciente de que no siempre su nombre figuraba entre los candidatos para ir a París. Demasiado joven, decían algunos. "La verdad es que pocos confiaban en mí. Yo he sido uno de los que siempre he confiado porque sé la capacidad que tengo y hasta dónde puedo llegar. Mi padre también ha confiado en mí. Y pocos más. Estoy muy contento porque todo el mundo ha visto que con trabajo y sacrificio se puede hacer", asegura con convicción, resaltando que él solo quería "una oportunidad". La tuvo y ahí está el resultado. "Quería clasificarme y no era ir de boquilla. Lo he demostrado. Ahora no voy a parar", advierte. Y suena convincente. Rafa va a París. Síganle la pista.

Rafa Lozano Jr. en el Palacio de Deportes Vista Alegre.

Rafa Lozano Jr. en el Palacio de Deportes Vista Alegre. / Víctor Castro