La jornada en Tercera | El Salerm Puente Genil y el Ciudad de Lucena firman la paz en el derbi del sur

Una semana más, otra menos. Tampoco faltó ritmo en la vigesimosegunda prueba de agenda dentro del Grupo 10 de Tercera Federación, saldada con una amplia parrilla de cruces y resultados para los cinco combinados provinciales concurrentes en la categoría. Abrió la agenda con derrota el Córdoba CF B en su visita al Conil en el Antonio Pérez Ureba (2-0), seguido del también revés del Atlético Espeleño frente al Utrera en el San Juan Bosco, de donde escapó con un correctivo (3-1). Más tarde lo siguió el CD Pozoblanco ganando al Gerena (2-1), junto al empate sin goles en el Manuel Polinario entre el Salerm Puente Genil y el Ciudad de Lucena, que firmaron la paz en el derbi del sur (0-0).

Salerm Puente Genil - Ciudad de Lucena (0-0)

Con un punto para cada lado y una lucha antológica quedó saldado el clásico derbi del sur entre pontanos y lucentinos. Sin goles, mucho fútbol, un ritmo inmenso y una intensidad acordé, de esta forma, se repartieron los golpes -no de cara al marcador- y el botín tanto el Salerm Puente Genil como el Ciudad de Lucena (0-0), afianzando la buena línea de los anfitriones en este tramo de temporada, por un lado, aunque tensando buenamente la pugna por el liderato celeste desde el otro, que ahora recae en solitario en manos del Xerez CD tras su triunfo externo frente al Cabecense en Chapín, aunque todavía a un margen de apenas dos puntos en el Grupo 10. 

El Córdoba CF B no carbura y cae con claridad en Conil

Pulso táctico

Más activos comenzaron los locales, ciertamente, buscando con insistencia la meta aracelitana tras un ligero tanteo. Sergio Guichard, en esa línea, puso su firma a la primera ocasión del encuentro, exigiendo una buena estirada de Nico Garnés como respuesta a un chut cruzado rebasado el primer cuarto de hora de juego. Más tarde también probó suerte Jairo Morillas, hasta en tres ocasiones, de nuevo rondando el primero de la sesión vespertina en la caldera pontana, incluso acariciando la madera justo antes de la pausa para el intervalo. En sintonía similar se mostró Ismael, entonado durante un primer acto de mucho juego exterior en clave rojilla. 

Por su parte, el conjunto lucentino esperó y no desesperó. Los de Rafael Carrillo “Falete”, sabedores del empuje anfitrión, aguardaron desde una línea replegada y ordenada, aunque sin excesivas opciones en transición. Si lo de los de Juanmi Puentenueva era más cercano a un monólogo ofensivo, lo celeste se inclinó por una propuesta seria desde la primera línea, con la que consiguió dejar atado el marcador inaugural hasta el descanso.

Se enfría el choque

Tampoco divergió en exceso la estampa una vez cerrado el paso por vestuarios, incluso perdió verticalidad. La pugna, eso sí, ganó temperatura y lo táctico dio paso a lo físico. Prueba de ello fue un buen carrusel de amonestaciones desde ambos lados, seguido igualmente de múltiples permutas respectivas para insuflar oxígeno al encuentro, al que poco a poco se le escapaba el fuelle. Alan Araiza y Juanfran ingresaron en busca de los espacios en los locales, mientras que David Castro y Rubén Navas dieron altura a la medular visitante.

Sin mucho más que idas y venidas de reseñable timidez, no obstante, acabó consumiéndose el tramo final, en el que pocos o ningún argumento quedaron expuestos sobre la mesa para mover el empate, ni siquiera el mismo resultado con el que empezó. El saldo, así, quedó balanceado y con un punto para cada casa, que no es poco, aunque a veces insuficiente para las altas ambiciones en liza.

CD Pozoblanco - CD Gerena (2-1)

Derrochando decisión y autoridad se trabajó un triunfo crucial la formación tutelada por Antonio Jesús Cobos en el Estadio Nuestra Señora de Luna, de donde el CD Pozoblanco salió indemne y con la decimotercera jornada consecutiva de imbatibilidad al casillero, junto a otros tres puntos, de valor también inconmensurable, directos al zurrón.

Poco más de un cuarto de hora necesitó Iván Vela para inventarse un golazo con el que abrir el choque, precisamente, castigando un arranque errático gerenense para situar la ventaja momentánea. Otros diez minutos, no obstante, también requirió el cuadro sevillano para reponer las tablas, aprovechando una desconexión local para dejar el 1-1 asentado en el marcador hasta el cierre del primer acto, en el que el ritmo fue trempendo.

Cumplido el intervalo, el pleito volvió a encenderse. En un fogonazo de calidad Migue Sánchez repuso el dominio blanquillo, llevando la cita a un 2-1 que acabaría haciéndose definitivo con el avance del minutero. En esas cerraron filas los vallesanos, reduciendo a la mínima el empuje de un CD Gerena al que le faltaron aliento e ideas en el tramo final, que con todo dejó espacio para ciertos momentos de incertidumbre -se mascó el empate- en tierras pedrocheñas.

CD Utrera - Atlético Espeleño (3-1)

No se le hizo fácil la visita a tierras utreranas al cuadro de Espiel, donde tampoco encontró la fórmula para revertir la mala racha. Con el saldo del segundo revés consecutivo escapó el bloque dirigido por Juan Carlos Quero, que desde primera hora acusó el empaque local. No más de quince minutos necesitó el ex cordobesista Joaquín Delgado para abrir la lata, aprovechando uno de los primeros acercamientos de la cita para batir con calidad a Rafa Martínez. Trató de replicar hasta en dos ocasiones seguidamente Polaco, con espacio también para una última tentativa de Chema Almansa, que tampoco fructificó. 

El segundo acto arrancó con otro mazazo. Todavía con parte del respetable ubicando su asiento tras el receso, Manu Cruzado aprovechó la indecisión inicial rojilla para elevar la renta a favor de los locales. Antolín, del mismo modo, contestó algunos compases más tarde ajustando la cita, dando también entrada a una fase de partido de notable mejoría espeleña, aunque sin la pegada necesaria para agitar el resultado. Entre interrupciones y mucho fútbol físico, así, buscó pescar el conjunto cordobés algo positivo, al que en la recta final le llegó el tercero y definitivo de los zarpazos sevillanos, desde el punto de penalti -previa pena máxima rigurosa- por mediación de un acertado Marrufo. Y ahí murió el pleito.