Eden Hazard era feliz en Londres. Allí pasó siete temporadas a su aire, sin que los entrenadores le apretasen mucho. A nadie en el Chelsea le preocupaba que llegase a la pretemporada con sobrepeso o su indolencia invernal en los entrenamientos. Rafa Benítez le dio libertad para sacar su mejor versión, y con Mourinho tuvo un tira y afloja por su falta de intensidad. Aunque el día que el club londinense despidió al técnico luso, el belga le envió un mensaje conciliador.

La insistencia de Zidane y el prestigio del Real Madrid le convencieron para mudarse a la capital de España, donde se sintió incómodo desde el inicio. Hazard aterrizó, ante sus sorprendidos compañeros, pasado de forma y planeando utilizar, como hacía en Stamford Bridge, el primer trimestre de temporada para ponerse a tono y así deslumbrar en el tramo final. Pero la exigencia del Real Madrid no permitió a Zizou darle carta blanca.

Jugar y marcar

Hazard ha repetido como un mantra una afirmación: “Soy feliz cuando juego, y cuando eso ocurre, llegan los goles”. Ninguna de las dos premisas se ha cumplido en el Real Madrid. Dos temporadas y tres meses después de su llegada, Eden acumula 416 días de baja y 58 partidos perdidos por lesión. Siete lesiones musculares, cuatro por golpes, una fisura de peroné y otra en el pie, conforman, junto al coronavirus, un ‘palmarés’ médico inquietante.

Esta temporada Carlo Ancelotti conversó con él para animarle. Hazard comenzó bien la temporada, siendo titular ante el Alavés y dando una asistencia. Ocho partidos más tarde, ha perdido la titularidad a manos de Vinicius. Para Ancelotti, Benzema y el brasileño son fijos, y con Bale lesionado, es ahí dónde el belga debe lucir. Pero la realidad es que Carletto se ha cansado de esperarle. De los ocho partidos en los que ha participado Hazard, ha sido titular en cinco, en todos los cuales ha sido sustituido. Acumula 371 minutos, ni el 50% de lo que podría haber jugado, y en ataque solo suma la asistencia de Vitoria. Porque aún no ha marcado.

Situación atípica

El madridismo y el club también se han cansado de él. Además, los mensajes que llegan desde Bélgica, donde Roberto Martínez le sigue dando libertad a la espalda de Lukaku, no han gustado en Concha Espina. “Lo suyo en España es una situación muy atípica. Nos preocupa a todos. Es un jugador que para coger el máximo nivel físico necesita jugar partidos. Lo que he visto es que estaba médicamente perfecto”, advirtió el seleccionador belga tras la derrota en la semifinal de la Nations League ante Francia, en la que Hazard se retiró lesionado.

Al día siguiente se confirmó que Hazard solo sufría una sobrecarga, pero el belga prefirió irse a Bruselas y empezar el tratamiento con los médicos de su selección. Algo que no ha sentado nada bien en el club blanco.

¿Primer clásico?

El próximo domingo el Real Madrid viajará al Camp Nou para medirse al Barcelona en el primer clásico de la temporada. Será la quinta oportunidad de Hazard de debutar en este tipo de partidos. Las cuatro anteriores se las perdió por lesión. Unas molestias le han impedido viajar a Kiev para medirse al Shakhtar, pero Ancelotti ha puntualizado, sin embargo, que “Hazard solo sufre una sobrecarga y podría estar para el Camp Nou”.

Un encuentro en el que probar si el belga sigue siendo infeliz o, de verdad, le ha cambiado la vida, como sostiene, tras mudarse en Madrid a una lujosa mansión con diez cuartos de baño junto a su esposa Natacha y sus hijos Yannis, Leo y Samy.