Con todo cerrado en Murcia, todo, el tardeo se circunscribió a irse a La Condomina para ver qué ofrecían el Córdoba CF Córdoba CFy un UCAM Murcia, cuyo himno -sin letra- recuerda a la melodía de entrega de medallas de los Juegos Olímpicos de 1984, en Los Ángeles. Pero antes de que la megafonía del clásico estadio murciano ofreciera los himnos, se hacía extraño escuchar «Jerusalema» mientras se observaba la conversación de Juanito con Darren Sidoel. Los dos, a 20 metros de la banda, no paraban de intercambiar pareceres. El director deportivo hacía el gesto con la mano de hablar y hablar, de piar. El holandés observaba, soltaba una frase corta y Juanito volvía a responder al jugador explayándose.

Desde luego no hablaban del dorsal número 8. Lo llevará el último en llegar, Alberto Ródenas. El club blanquiverde consultó con la Real Federación Española de Fútbol la posibilidad de que algún jugador de la actual plantilla lo llevara. Tanto por el recuerdo hacia la leyenda, Juanín, como porque el propio club prefería que lo llevara un futbolista más representativo precisamente por Juan García Díaz. El organismo federativo dijo que no había nada que hacer, que los dorsales asignados a cualquier jugador al inicio de la competición no se pueden cambiar en mitad de la temporada.

A poco más de 30 horas del cierre del mercado, los teléfonos seguían funcionando a tope, obviamente. Pero centrados solo en los sub-23. El club está instalado en una especie de subasta del Un, Dos, Tres y, al igual que con los regalos o con las puertas, tiene tres opciones. Unas opciones que no están cerradas, sino que se ha contactado con los jugadores y en las últimas horas de mercado todo puede pasar. Incluso que toque la Ruperta. Los que tienen más de 40 años (o 50) sabrán de qué va el tema. En definitiva, aunque no sea la intención del club, cabe la posibilidad de que, incluso, pueda salir Alberto Salido y que no llegue nadie. O también es posible que el mismo delantero cedido por el Atlético no termine de salir. Tres semanas batallando con la búsqueda de un hueco para él en otro vestuario, sin resultado, obliga a tirar de la máxima prudencia.

[Así hemos vivido el partido en directo]

Pero en el último día de mercado, todo puede pasar, incluso en una ventaja invernal de fichajes tan pobre y tan corta, en líneas generales, como está siendo esta para casi todas las categorías. La llegada de Alberto Ródenas y la oficialidad dada por la entidad blanquiverde al fichaje de Moussa Sidibé tras la baja federativa de Samu Delgado retoca ligeramente -ojalá que para mejor- la plantilla, aunque la sensación extendida es que hacía falta algo más. El problema es que ese algo más pasa por las fichas sénior y ahí… El muro que suponen no pocos contratos heredados y que suponen una extensa parte de la masa salarial obliga a la paciencia, aunque hablar en fútbol de paciencia sea una quimera.

Así, una vez terminada la charla de Juanito con el holandés y tras los preceptivos calentamientos, todo estaba dispuesto. ¿Todo? No. En el último instante, se comprobó que en la parte alta de uno de los laterales de la red que en ese primer acto defendía Isaac Becerra había un agujero lo suficientemente grande como para que el colegiado diera el aviso. El operario corrió con un taburete, se subió, ató una brida en la red y listo. Al fútbol.

Al final, el tardeo alternativo terminó como finaliza el tardeo tradicional desde hace meses. Horas de buenos momentos, de atisbar un final feliz, de disfrutar el momento por cómo se está desarrollando, instantes que prometen que el día va a terminar con final feliz y, finalmente, la obligación de enfilar en casa con lo que tengas, que normalmente es poco. Así fue el tardeo para el Córdoba CF. Muchas expectativas, imágenes para recordar algunas de ellas, pero al final, para la casa y no con todo lo que prometía lo vivido poco antes. A ver si el final de mercado tiene un cierre algo más feliz.