Hay partidos que duran toda una vida y otros que a los 45 minutos, antes de entrar todas al vestuario, ya quedan vistos para sentencia. Es entonces cuando la segunda parte invita a controlar sobre el césped, porque no es necesario pisar el acelerador a fondo, y hasta que la grada, en este caso más virtual que real por la dichosa pandemia, se relaje pensando que se está viendo un clásico femenino de mucho Barça y poco Madrid.

Tanta es la diferencia entre unas y otras, que el Madrid, por ahora, solo se puede permitir el viaje a Barcelona pensando en hacer todo lo posible para no salir del estadio Johan Cruyff con una goleada de escándalo. Y en esta circunstancia hasta el 4-1 encajado este domingo en la soledad del pequeño recinto azulgrana dio la impresión de que fue un buen resultado para las jugadoras blancas que hasta tuvieron el honor de marcarle un gol a Sandra Paños, el tercero que encaja la portera azulgrana. Pero todo hay que decirlo. Si el Madrid le endosó un tanto a las barcelonistas fue más bien por obra y gracia de un penalti seguramente inexistente, pues de haber habido VAR difícilmente se habría pitado, que a un peligro inminente de las filas delanteras. Tanta es la superioridad, tanta, que tal vez la gracia del primer clásico femenino vivido en las instalaciones azulgranas era comprobar cuánto tiempo resistiría el Madrid con la portería a cero, o lo que es lo mismo, cuánto tardaría el Barça en conseguir el primer tanto.

Sin goleada de escándalo

No hubo goleada de escándalo, sobre todo porque el Madrid es un equipo que pelea y no se entrega aunque vaya perdiendo por 4-1. Pero tampoco se consiguió una cifra abultada de goles porque las futbolistas de Lluís Cortes tuvieron suficiente con dejar el encuentro encarrilado antes del descanso y enfocaron el segundo tiempo con serenidad para conseguir el cuarto gol más como un regalo y un rebote que por un acción digna de levantar a la grada, aunque fuese de forma virtual.

El Barça necesitó 14 minutos para empezar a noquear a las blancas y casi para jugar a partir de entonces con el reloj en la mano y marcar de este modo un tanto aproximadamente cada otros 14 minutos hasta llegar al descanso. Hubo instantes en que las jugadoras del Real Madrid ni salían de su campo y solo enviaban algún balón largo con la esperanza de que una cabalgada de la rápida Sofia Jakobsson, la única referencia en ataque, acabase por sorprender a la zaga azulgrana; algo que no ocurrió.

Dos expulsiones en la segunda parte

Sin más, el partido quedó visto para sentencia en una segunda parte donde la guardameta blanca, Misa Rodríguez, acabó expulsada por tocar el balón con la mano fuera del área y evitar, quizás, una manita azulgrana, y la defensa del Barça, Mapi León, también vio la tarjeta roja, con aires de injusticia, en la polémica jugada del penalti del Madrid por un derribo a Jakobsson, que pareció más un despeje en toda regla. El Barça se fue del clásico más líder y con la constancia de que nadie les hace sombra en esta Liga.

Ficha técnica

Barcelona: Sandra Paños; Leila, Mapi León, Andrea Pereira, Marta Torrejón, Patri Guijarro, Alexia Putellas (Vicky Losada, min. 87), Jennifer Hermoso, Mariona Caldentey (Aitana Bonmatí, min. 73), Oshoala (Melanie Serrano, min. 87) y Graham Hansen.

Real Madrid: Misa; Kenti Robles, Ivana, Peter; Marta Cardona, Kaci, Thaisa, Maite Oroz (Marta Corredera, min. 75), Jakobsson; Teresa (Yohana, min. 75) y Olga (Claudia Florentino, min. 93).

Goles: 1-0, min.14: Alexia Putellas. 2-0, min.23: Jennifer Hermoso. 3-0, min. 37: Oshoala. 4-0, min. 70: Oshoala. 4-1, min. 80: Olga, de penalti.

Árbitra: Elía María Martínez (Comite Murciano). Expulsó a Mapi León por doble tarjeta amarilla (min. 39 y min. 79) por el Barcelona y amonestó a Kaci (min. 65) y expulsó a Misa Rodríguez con roja directa (min. 72) por el Real Madrid.

Incidencias: partido de la 18 jornada de la Primera Iberdrola disputado en el Estadi Johan Cruyff sin público a causa de las restricciones sanitarias por la pandemia del coronavirus.