¿Cómo ha de cambiar el Córdoba CF para que el 2021 no solo esté en lo más alto de la tabla clasificatoria sino que pueda aspirar también a lograr el ascenso? Pablo Alfaro, entrenador blanquiverde, apunta algunas de las claves en las que ha de trabajar él mismo, el equipo y el club para conseguir un grupo consistente que logre, como mínimo, estar en ese último paso de las eliminatorias de acceso a Segunda A. Desde la actitud al juego exterior pasando por la humildad o el mercado invernal. Seguro que hay más, pero al menos estas deben estar en El Arcángel en el año que se inicia.

1. «La pasión es lo único innegociable»

Se le ha visto en la banda de El Arcángel y del Enrique Roca, pero ya desde su primer entreno, Alfaro dejó claro el entusiasmo con el que llega y del ánimo que pretende recobrar en la plantilla blanquiverde. «Para mí, lo único que debe ser innegociable es la pasión. La pasión y la actitud, por saber y porque los jugadores sepan que tienen el oficio más bonito del mundo», explica el maño, que desea que sus jugadores «salgan a jugar y a entrenar como en el recreo, cuando nos comíamos el bocadillo, que era salir a jugar a la pelota. Es lo que ellos hacen al salir a entrenar y a jugar». Luego, da valor al trabajo de los técnicos, que dan «más formalidad, los ordenamos, pero la esencia es eso». Porque, según su criterio, el dibujo táctico o el estilo depende de las herramientas. «Si a mí me dicen de entrenar al Barça o al Madrid y me dejan hacer el equipo desde el primer minuto, seguro que vamos a tener todo lo que nos guste», afirma. Pero también advierte de que «la realidad, en la gran mayoría de ocasiones, no es esa. El presupuesto es el que es, tienes que sacar rendimiento a lo que tienes. Esa es la vida misma», señala. Así, lo esencial que reclama Alfaro a sus jugadores esa la pasión y el ánimo que aplica él a cada entrenamiento, a cada partido. Así ha de ser la actitud del Córdoba CF bajo su mando.

2. El 1-4-3-3 no es inamovible

El maño es firme defensor de tener «un patrón de juego, una idea», aunque admite que «hay días en los que con ese patrón puedes aplicar una variante», como incluir un mediapunta o incluso jugar con dos delanteros. «Pero que la idea siga siendo la misma», remarca, aunque la ejecución pueda cambiar. Eso sí, asegura que «lo que se haga debe estar entrenado previamente, esa es una premisa fundamental, porque yo al equipo no le voy a decir que hago algo que no se ha entrenado». Alfaro explica que eso «confundiría» a su equipo, porque «a mí me confundían cuando me lo hacían, cuando estaba abajo, me pedían una cosa y nos mirábamos diciendo que eso no lo habíamos entrenado». «Los equipos son mejores así», defiende el técnico blanquiverde, que lo justifica con un ejemplo claro. «Un entrenador qeu sea inflexible se escuda en que solo trabaja eso, lo hace muy bien, pero solo eso. ¿Y si el rival te pone dificultades? ¿Te pegas con la pared? Creo que si podemos ser más ricos, ¿por qué no vamos a hacerlo?», finaliza.

3. El estilo lo marcan los jugadores

Mantener el balón, construir desde atrás o ser fuerte defensivamente para salir vertiginosamente hacia la portería rival. El fútbol, también en Segunda B, se debate desde hace años en una especie de guerra de estilos: tratar bien el balón o entregárselo al rival para destriparlo por las grietas que pueda presentar. Alfaro no se decanta claramente por ninguno, pero se pregunta si Guardiola hubiera debutado en un equipo de menor nivel que el Barcelona hubiera mantenido sus ideas a rajatabla. «Diagnosticas lo que tienes, hablo un poco como médico. ¿La propuesta es la misma o es otra? Claro, es muy vistoso. A todos nos gusta tener el balón, llevar la iniciativa, jugar en campo rival», admite, pero eso requiere, a su juicio de «un convenicimiento» por parte de los jugadores y también «que tu equipo tenga las cualidades para hacerlo. No es tan sencillo», advierte Alfaro, que finaliza con una cita, curiosamente, filosófica, al más puro estilo bielsista o guardiolista. «El fútbol, muchas veces, es el juego de la vida y en la vida, a todos nos gustan muchísimas cosas, pero luego te adaptas a lo que tienes. Tu sueldo, tu realidad, y con eso tenemos que intentar todos ser felices».

4. «No surrender», versión mañica

Llega al Córdoba CF para lograr un objetivo que se le ha resistido. Hasta en cuatro ocasiones ha rozado el ascenso a Segunda A. «Es verdad que he estado muy cerca, tres o cuatro veces, y vamos a seguir persiguiéndolo», explica el técnico blanquiverde, que recuerda que «soy mañico», tocándose la cabeza con los nudillos. Además, se impone un mensaje que también manda a la plantilla blanquiverde: «Está prohibido rendirse». Pero también señala que, lo primero es convertir al cordobesista en «un equipo fiable y que transmita lo que tenemos que hacer desde el trabajo diario, para luego, con humildad, ser ambicioso para ganar a los adversarios. Y si eso conseguimos que vaya todo rodando hacia el objetivo, pues estaremos más cerca. Como estudiante nunca hemos aprobado el curso en enero, sino en mayo o junio, así que vamos con los parciales», se muestra un animoso Alfaro.

5. «El escudo del Córdoba CF no gana partidos»

Alfaro tiene claro lo que es el Córdoba CF. «Soy consciente de que en estas gradas, en este césped habeis visto jugadores de Primera División y de Segunda y cuando vienes de ver al Zaragoza, al Sporting, al Espanyol, a los históricas, y ahora ves…». Hace un silencio significativo el técnico blanquiverde, que conoce bien esa sensación de estar en un club que merece estar en superior categoría y que purga sus errores del pecado. Pero avisa de «no podemos perder la humildad. Estamos en Segunda B», recuerda. «Este 2021, aparte de que no dejan venir» al estadio a los aficionados, «los rivales no los conoces. Incluso las camisetas te parecen que no tienen el glamour de otras. Pero hay que trabajar mucho para salir de ahí. Y creo que si lo hacemos juntos será menos difícil. Y los jugadores lo saben», remarca, mirando a los ojos. «Los jugadores saben que con salir con el escudo del Córdoba CF y el apellido detrás no vas a ganarle al rival. No le vas a ganar. Porque el rival igual no tiene tu capacidad, pero hay otros aspectos del juego te los iguala», avisa Alfaro que, finalmente, señala otra cualidad que ha detener el Córdoba CF del próximo año: «La humildad».

6. Juego por fuera, juego por dentro

Se le pregunta al técnico blanquiverde si a este Córdoba CF no le falta juego por fuera, por los extremos, algo que en cierta medida avalan las cifras de estas primeras ocho jornadas, en las que los hombres específicos para los dos puestos no han estado especialmente brillantes, tanto por lesiones como por decisiones técnicas o por momentos de forma dudosos. «Creo que para dar amplitud al equipo en ataque necesitamos laterales que se atrevan en ataque, necesitamos hombres que tengan esas virtudes de romper, de encarar, necesitamos situaciones que creo que también se pueden manejar con lo que tenemos», asegura el maño, que reclama a esos hombres «más ambición de marcar, de llegar a zonas de remate, que no nos quedemos en la comodidad». Y se zambulle en otros conceptos, como que «la banda lejana llegue siempre al segundo palo a rematar. Eso nos va a dar mayor posibilidad», aunque finalmente admite que «es verdad que te metes a jugar y cuando ves que la defensa rival comprueba que no haces daño por fuera, al final te agrupas por dentro y es más difícil», de ahí que aspire a «obligar a defender más abierto» al rival para que de esta manera «aparezcan espacios por dentro. Tenemos que manejar eso, tenemos que ser un equipo que maneje esas claves», reconoce el preparador del Córdoba CF.

7. El subidón de la Copa ayuda al equipo en Liga

«No te quepa la menor duda», responde Alfaro cuando se le pregunta si el Córdoba CF irá en serio en la Copa, ante el Getafe. Y con ello desvela también los conceptos psicológicos que aspira a manejar en el vestuario blanquiverde. «¿Impedimento para la Liga? ¿Qué tiene que ver? Que no, que no, que esta Liga es además muy corta y el desgaste no va a ser tanto y, si gracias a Dios, parece que voy a tener a la plantilla casi a disposición», el Córdoba CF competirá al máximo el 5 de enero «con respeto al rival, que además lo hace muy bien, pero nosotros en casa tenemos que ganarnos el respeto de los rivales». Y pone como ejemplo, precisamente, la eliminatoria ante el Albacete, del que recuerda que era un equipo de Segunda, «aunque es verdad que no estaba bien. Pero, joder, no estaba bien y a los tres días ganó en Miranda», remarca con una sonrisa y desvela que el vestuario blanquiverde también se dio cuenta. «Los jugadores, lo primero que hicieron fue mensajearse entre ellos: ‘Mira, mira’», comenta entre risas. Algo más serio, el maño indica que la Copa «es una competición que te puede dar alegría y reforzarte muchísimo, darte una autoestima brutal», algo a lo que no quiere renunciar. «¿Por qué nos vamos a mermar las posibilidades de tener alegrías y de disfrutar?».

8. «Convencer» al club en el mercado invernal

¿Y todo lo expuesto anteriormente ha de hacerse con los mismos integrantes del vestuario? No necesariamente. Pablo Alfaro tiene claro que «el mercado de invierno es lo que es, tenemos ese overbooking de fichas», por lo que si algún jugador sénior interesante aparece en la ventana ha de ser «para mejorar mucho y tendríamos que valorar sacar a alguien» del actual plantel. «No estamos cerrados, pero porque el Córdoba CF no debe estar cerrado», comenta el técnico blanquiverde. Y reconoce que el club está atento a dos caminos que se pueden abrir. Uno, con ds vertientes, «jugadores que están con nosotros que a lo mejor no tienen la continuidad que ellos desean y que te plantean alguna solución de salida» o también algún jugador que «es importante para nosotros y que hay otros clubs más gordos que nosotros y han echado la lupa aquí», avisa el maño. La otra posibilidad es si aparece ese jugador sénior que fuese «para mejorar mucho y ahí tendríamos que valorar sacar a alguien». Eso sí, sin que «vayamos a romper el grupo humano que hay formado». Cuando se le comenta que el club manda el mensaje al exterior de que solo se fichará a un sub-23, Alfaro esboza una sonrisa y responde: «También se puede hablar con ellos y llegar a convencerlos , ¿no?». H