Llegó con tan solo 15 años a España, tras ser captado por el Espanyol en Abidjan, capital de Costa de Marfil, para su filial. Abandonó a su extensa familia de 15 hermanos tanto por perseguir su pasión como para buscar un camino de prosperidad, siempre con los suyos como referente. Lo mismo se sentó al lado de Enzo Zidane en el Castilla que junto a Borja García en el Girona.

En el peor momento de su década española apareció el Córdoba CF, que pese a una grave lesión muscular que le hizo, incluso, perder masa muscular en la pierna, apostó por él y lo fichó para un proyecto de ascenso. Bromista, consciente siempre del grupo, los servicios médicos le ayudaron a superar un duro verano. Algo también hizo la música en el primer «flamenco negro» del que se tiene constancia, al menos, en El Arcángel. Superado el gran bache veraniego que le hizo dudar sobre si continuaba o no en el fútbol, Djak Traoré solo tiene en mente ayudar a este Córdoba a lograr el ascenso.

-Ha pasado una dura travesía para su debut en el Córdoba.

-No fue fácil. Tenía esa lesión que me impedía volver al equipo. Casi no he hecho pretemporada, porque estuve tres meses fuera y volví a recaer. Estaba a punto de dejarlo todo, porque era una putada. Pero gracias a Dios estoy con el equipo y me siento contento.

-¿Tanto se desmotiva uno?

-Sí. No es fácil. Cuando estás solo aquí, sin familia, empiezas a pensar de nuevo en la lesión. Pero bueno, si piensas en la parte positiva, que puedes volver al fútbol, ayudar a la familia, eso te anima de nuevo. Eso es lo que me animó, pensar en la familia. Pensé que bueno, que no voy a tirarlo todo y que hay que seguir hasta el final, tener paciencia y con el tiempo llegaría. Ya estoy entrenando con el grupo y, de nuevo, contento.

-En Jerez destacaba por su carácter bromista y animado.

-Sí, hay que estar siempre alegre, pensar en lo positivo. He aprendido que en la vida hay que tener paciencia, mantener la cabeza alta. Y en este grupo se bromea siempre. Llevo muchos años en España y siempre tenemos las bromas en plan de «los putos negros» (ríe). Bromear con los compañeros es algo que me anima, lo paso bien, me río con ellos y soy una persona que paso mucho de todo. Me río con la gente, pero cuando hay que ponerse serio, me pongo serio.

-Me dicen que le gusta la música.

-Sí, sí, me gusta mucho. Escucho de todo. Como llevo tiempo por el sur me gusta el flamenco. Pero un poquito, ¿eh? A base de estar con los compañeros en Huelva, en Sevilla y aquí, ahora, siempre escuchando flamenco cada mañana, te entra. Te convierte en un flamenco negro.

-Llegó muy joven a España.

-Sí, con 15 años. Tuve suerte. El Espanyol tenía un programa de captación de talentos en mi país, me vieron y me trajeron. Era increíble, pero a la vez duro, porque no es fácil llegar a un país nuevo, con un idioma diferente, lejos de casa… Al principio cuesta, pero como me gusta mucho el fútbol y yo venía de una familia humilde, también piensas que significa ayudar a tu familia y te sacrificas.

-El choque debió ser fuerte.

-Fue increíble. Estaba en el Espanyol y me llegó un club como el Real Madrid, algo que no puedes rechazar. El fútbol es así, da muchas vueltas. Un día estás arriba y otro abajo. Soy siempre positivo, agradezco a Dios el seguir trabajando en lo que me gusta. Tengo paciencia y llegará el momento del asalto al fútbol profesional.

-El año pasado se quedó a un pasito de lograrlo, con el Badajoz.

-Fue una experiencia muy bonita jugar el play off. No fue fácil, porque el año fue duro por la pandemia y otras cosas. Es verdad que en el play off debes tener un poquito de suerte, llegar bien a ese partido clave para pasar, pero hicimos un buen año. Y quiero repetirlo aquí. Ojalá lleguemos al play off, hacer buen año y subamos con el Córdoba, porque lo merece por la afición que tiene, la ciudad y la historia del club.

-¿Qué le ha dicho Sabas hasta ahora? ¿Le pide algo especial?

-De momento, nada. Él me apoyó desde que llegué aquí, que era una situación muy difícil. No hice pretemporada y estuve tres meses completamente fuera. Ahora, cuando vuelves y la primera semana en la que estás bien el entrenador te mete en la lista, significa que cuenta contigo, es buena señal. Ahora es mi turno: devolver la confianza que me ha dado, continuar poco a poco y trabajando.

-Un trabajo fundamental el de los servicios médicos del club.

-Les agradezco mucho lo que han hecho, estar conmigo. No solo en el tratamiento de la lesión, porque psicológicamente también estaba tocado. Estaba ahí, «¿sigo o no sigo?». Escuché al doctor y me dije: «Sigo». Y mira, aquí estoy, trabajando con ellos. No es fácil, los fisios, Víctor, Javi, José… Ha sido una etapa increíble que nunca olvidaré. Estaba a punto de dejarlo todo. Son gente nueva en mi vida y me han acogido como si fuera de los suyos. Como si fuera un familiar. He vuelto al campo y les tengo que estar agradecido a ellos.

-¿En qué posición prefiere jugar?

-No tengo una preferencia. Depende de cada entrenador. La mayoría me ha utilizado como pivote defensivo, pero también como ocho. Me siento bien en cualquier sitio si estoy bien físicamente.

-¿Cómo ha visto al equipo hasta ahora?

-No es fácil. La mayoría estuvieron parados durante siete meses. Otros equipos, como en el que estaba yo, tuvieron la suerte de disputar el play off, entrenar, y era diferente, pero tenemos muy buen grupo. En el vestuario hay muy buena gente, es como una familia, es lo más importante para ascender. Es importante ser compañeros y hermanos, apoyarnos unos a otros, trabajar y ayudarnos, creo que eso es lo que lleva a un equipo a disputar un play off. El que juega, apoyar al que no juega. El que no juega, pues respetar al que juega y trabajando así, ayudándonos así, estoy convencido de que haremos muy buen año.

-¿Qué importancia tiene la unidad del grupo para usted?

-Es muy importante, porque somos 23 personas, cada una con su carácter, pero cuando estamos en un equipo nos une una cosa: subir. Hay que dejar cosas fuera para estar con el equipo. Eso ayuda también. Ser como una familia y estar a muerte unos con otros.

-Va cumpliendo plazos y ahora, lo que le queda, es ser titular.

-Sí, es lo que estoy buscando, pero ahora mismo no es mi objetivo. No es algo que me genere ansiedad. Ahora mismo estoy buscando mi mejor nivel. Y cada día voy a intentar dar todo en el entrenamiento para ver cómo va. Alberto (del Moral) juega en mi posición y lo está haciendo muy bien. Es un buen chaval, que tiene 20 años, que respeta, entrena bien, trabaja bien y eso me ayuda a mí para trabajar duro para volver. Estoy muy contento por él, porque no lo veo como un rival, sino como un compañero. Eso también me ayuda a trabajar para volver.