FECHA: 22 de agosto de 2004.

LUGAR: Estadio Municipal El Arcángel.

PARTIDO: Córdoba CF Córdoba CF- FC Barcelona (final del Torneo Internacional de Fútbol Juvenil Ciudad de los Califas, 1-4).

LA SITUACIÓN

El Trofeo Ciudad de los Califas, uno de los más prestigiosos del panorama nacional, cumplía su edición número 25. Junto al Córdoba CF -presente siempre en el certamen- componían el cartel el Valencia y los dos grandes: el Real Madrid y el FC Barcelona. Entre los talentos emergentes en ambas escuadras había alguna perla escondida.

Pedro Eliezer Rodríguez Ledesma (Santa Cruz de Tenerife, 1987), forjado en el modesto San Isidro, ya había debutado en Tercera antes de cumplir los 17. Su estilo había impresionado a los ojeadores del Barcelona en el Torneo de Adeje. Ya lo seguían desde antes y no eran los únicos. Su padre trabajaba en el bar de una gasolinera. Sabía que su chaval tenía cualidades, pero no podía imaginar que la historia se iba a desarrollar tan rápido. El Barça necesitaba operar con habilidad para conseguir captar para el ejército de La Masía a un extremo que llamaba la atención: valiente, liviano como una pluma -no llegaba al 1,70-, con manejo de las dos piernas y una visión del juego superior al resto. Aquel verano del 2004 iba a ser intenso para el jugador, que aún conservaba el diminutivo en su nombre sin saber aún que su trayectoria en el fútbol iba a ser superlativa.

El chaval se incorporó apenas unas semanas antes del inicio de la Liga de División de Honor al juvenil azulgrana, donde se puso a las órdenes de un mito culé como Juan Manuel Asensi. Su impacto en el grupo fue inmediato. Para los días 21 y 22 de agosto de 2004, el Barca tenía programada su participación en el Trofeo Nacional Juvenil Ciudad de los Califas, un excitante test de pretemporada.

¿QUÉ OCURRIÓ?

El primer emparejamiento fue una edición del gran clásico del fútbol español en versión juvenil: Real Madrid-Barcelona en el Municipal de Lucena. Dos mil espectadores en las gradas y colorido peñístico por ambos lados. Un amistoso de verano revestido de trascendencia. Lo ganó el conjunto azulgrana, en cuyo once figuraban Oriol Romeu o Marc Valiente, con un solitario gol recibido por Adán, meta que ahora defiende la portería del Atlético, y que anotó Sito Riera -hermano de Oriol Riera-. Pedro no intervino en aquel derbi. Asensi le reservó un sitio en la gran final, que se iba a disputar al día siguiente en El Arcángel frente al Córdoba CF, un anfitrión que se había impuesto en su cruce al Valencia por 1-0.

Y ahí tenemos a Pedro, en el estadio ribereño y ante el Córdoba para disputar su primera final como barcelonista: la del vigésimo quinto Trofeo Ciudad de los Califas. Anotó el primer gol de su equipo dejando su impronta en una acción eléctrica, desarbolando a dos defensas locales con un quiebro imposible. Era el 1-1, pues se había adelantado el Córdoba gracias a un penalti transformado por Majuelos tras un claro derribo a Antonio Pino. Dos goles de Víctor Vázquez y otro de Juanjo redondearon el definitivo 1-4. Y Pedrito, ese chaval canario de apariencia enclenque y potencial extraordinario, levantó su primer trofeo como jugador del Barcelona una noche de verano en El Arcángel de Córdoba.

Pedro celebra un gol con el Barcelona.

¿QUÉ PASÓ DESPUÉS?

Después de aquel trofeo en Córdoba llegaron todos los demás. Todos. Con el Barcelona (Liga, Copa, Supercopa de España, Liga de Campeones, Supercopa de Europa, Mundial de Clubes) y con la selección de España (Europeo y Mundial).

Pedro celebró su primera copa azulgrana en Córdoba en 2004 y festejó la última en 2015 en Tiflis, marcando en el minuto 115 de la prórroga el 5-4 que dio al Barcelona la Supercopa de Europa frente al Sevilla. Después fichó por el Chelsea, en el que cumple su quinta temporada. El Trofeo Ciudad de los Califas, organizado por el Deportivo Córdoba -con su presidente Rafael Jaén como ariete-, desapareció en 2011.