FECHA: 8 de mayo de 2005.

LUGAR: Estadio Municipal El Arcángel.

PARTIDO: Córdoba CF - Málaga B (partido correspondiente a la jornada 36 del campeonato de Liga 2004-05 en Segunda División, 5-2).

LA SITUACIÓN

Era un día tan malo como cualquier otro de aquella nefasta temporada blanquiverde 2004-05, en la que los festejos por el cincuentenario de la fundación de la entidad habían derivado en una procesión de desgracias. El Córdoba era colista a falta de siete jornadas para el final y a siete puntos de la zona de permanencia. Por aquel entonces, en las gradas del estadio colgaban pancartas con impactantes leyendas -“El Arcángel no se rinde”, una de las más célebres- y sobre el césped se buscaba la salvación con el grupo más internacional de todos los tiempos. Había argentinos, brasileños, venezolanos, un italiano, un sueco… y uno de Alcorcón: Pablo Villa, que sería uno de los grandes protagonistas de la tarde. Pero pongámonos en situación.

El Córdoba, después de dos bofetadas consecutivas (un 1-2 ante el Racing de Ferrol, con un tanto del cordobés Curro Vacas, y un 4-1 en Carranza a manos del Cádiz), recibía la visita el Málaga B, clasificado en el puesto 17º y obviamente con la permanencia como objetivo. No había otra que ganar. La presión era máxima.

¿QUÉ OCURRIÓ?

En el Córdoba, Juan Carlos Rodríguez alineó a Saja, Bertrán, Pierini, Selu, López Ramos, Fredrick, Marchiori, Cristian Álvarez, Ruano, Villa y Anderson. Después salieron Berruet, Txiki y Leo Jiménez. El filial malaguista contaba con gente de proyección y alguno llegó a militar en etapas posteriores en el club blanquiverde, como Alberto Aguilar, Usero o Armando.

El caso es que el partido arrancó de un modo horroroso. A los tres minutos, el central Selu vio la roja directa. En el 24, el delantero Paco Esteban se entretuvo en anotar dos goles en menos de sesenta segundos. El escenario era un drama: 0-2 y un jugador menos. El brasileño Marchiori (35') y el argentino Cristian Álvarez (39') empezaron a reparar la avería antes del descanso (2-2).

Tras el intermedio, el Córdoba se lanzó con todo a por la victoria. El defensa Iñaki Berruet marcó el 3-2 (62') y el equipo dio un paso atrás para conservar el marcador y buscar las contras. A falta de nueve minutos marcó el cuarto Pablo Villa y en el 84 cerró la cuenta Txiki con un apabullante 5-2. Otro milagro más al zurrón. El Córdoba se reivindicaba como aspirante a la salvación más impactante de la historia en la categoría.

¿QUÉ PASÓ DESPUÉS?

En lo deportivo, el Córdoba acabó nadando dramáticamente para terminar muriendo en orilla de la salvación: descendió en la penúltima fecha del calendario al caer en El Arcángel por 3-4 ante un Valladolid que no se jugaba nada.

Pablo Villa celebra su gol ante el Málaga B en 2005. FRANCISCO GONZÁLEZ

Hubo, eso sí, episodios relevantes con efecto retardado. Ese partido ante el filial del Málaga marcó destinos. Pablo Villa firmó el 4-2, que noqueó definitivamente al adversario, y lo celebró de un modo extraño: su gesto no era de alegría, sino de un sufrimiento extremo. La razón se supo poco después. Ese mismo día, Villa sufrió una lesión de menisco que le provocó intensos dolores en los siguientes partidos. El jugador aplazó su paso por el quirófano y resistió mientras pudo.

Villa no volvió a ser el mismo. Fue operado y siguió dos años más en el Córdoba, en Segunda B, sin alcanzar ya nunca la condición de titular. Se despidió del club tras el retorno a Segunda, después de celebrar la macrofiesta en Las Tendillas. Con el tiempo, retornó como entrenador y acabó tomando las riendas del primer equipo blanquiverde en Segunda. Le echaron en la jornada 25 de la 2013-14, el mismo curso en el que el Córdoba acabó regresando a Primera tras más de cuatro décadas.