La efectividad y las paradas de Juanjo, decisivas a partes iguales en el triunfo 1--3 contra Ucrania, consolidaron ayer a la selección española en el pulso con Serbia por la clasificación directa para el Mundial 2020, pendiente de una final mañana entre ambas, pero con un condicionante para el conjunto que dirige Fede Vidal: necesita ganar; no le basta el empate.

No le vale por una cuestión mínima de diferencia de goles: mientras Serbia presenta +5, España tiene +4. Asegurada como mínimo la repesca --su rival sería en ese caso Finlandia en una eliminatoria a doble partido--, la victoria es la única vía directa para la selección nacional hacia la cita intercontinental que se jugará del 12 de septiembre al 14 de octubre en Lituania.

No habría sido posible el triunfo sin las paradas de Juanjo, frustrante casi siempre para su adversario, tanto o más que los postes o los largueros con los que chocaron cuatro de las ocasiones de Ucrania, que fomentó un partido incómodo para España. Pocas veces se sintió superior en el juego, pero siempre en el marcador.

El equipo español necesitó esfuerzo, sufrimiento, concentración y las paradas de su guardameta para doblegar a un contrincante muy competitivo y con mucha ambición, al que el equipo de Fede Vidal contrarrestó con eficacia, beneficiado quizá por la imprudencia de su oponente en determinados momentos.

La primera, con 39 segundos disputados, cuando el portero Tsypun derribó dentro del área a Francisco Javier Solano, inalcanzable para sus marcadores cuando pisa la pelota, en una jugada parecida a la que abrió el triunfo del sábado ante Francia. El penalti lo anotó Carlos Ortiz.

Ni siquiera ese gol simplificó una victoria a debate durante casi todo el encuentro, mientras Juanjo repelía los intentos más convincentes de Ucrania y una innecesaria falta de Sorokin abría otra ocasión a España: un doble penalti que transformó en el 0--2 Sergio Lozano a menos de dos minutos del cierre del primer periodo.

Dentro de ese panorama, el 1-2 de Malyshko a nueve minutos y 53 segundos del final inquietó a España solo durante unos instantes, el tiempo que tardó Sergio Lozano en lograr el 1-3 en una acción individual, ya definitiva para el desenlace del partido, pero no del grupo. Mañana, partido definitivo ante Serbia. O gana o a la repesca.