Curro Torres, Los Pajaritos, Piovaccari y Andrés Martín
Es difícil cargar las tintas sobre el técnico del Córdoba tras el partido de ayer, en un estadio numantino en el que los dos delanteros tuvieron buenos minutos juntos
CURRO TORRES / REACCIÓN ABORTADA
Con tres regalos individuales, difícil cargar las tintas sobre él
Por supuesto, el de Ahlen fue parte responsable, y no pequeña, de la derrota en Los Pajaritos. Pero la manera en la que tira el equipo el partido en la primera mitad, con dos goles a balón parado casi calcados y un tercer tanto en el que Carlos Abad -uno de los más regulares de la temporada- pudo hacer más, hace complicado cargara excesivamente las tintas sobre el técnico blanquiverde. No debió abusar del juego con el pie con el portero, sobre todo, visto el terreno de juego y en los últimos minutos intentó el juego directo, pero sin resultado alguno. La reacción, abortada.
PAISAJE HABITUAL / ANIVERSARIO DEL ESTADIO SORIANO
Los Pajaritos helado es ya un escenario clásico para el Córdoba
No va a cambiar en la vida y, en cierta medida es injusto, pero una de las primeras miradas cuando sale el calendario es a la fecha que toca visitar Los Pajaritos. Solo hay que ver los números de los sorianos en casa entre noviembre y febrero para comprobar lo que supone jugar en el campo rojillo en determinadas fechas y al igual que, por ejemplo, aquel 5-0 con Paco Jémez en la 2011/12, ayer volvió a tocar el peor de los escenarios. Minutos antes del inicio del duelo comenzó a nevar y sobre todo en el último tercio del choque el campo estaba para pocas florituras.
CONCEPTO A VALORAR / JOVEN Y VETERANO
Andrés y Piovaccari: en esos 15 años muchos podrían mirarse
Andrés cumplió 19 años el pasado verano, mientras que Piovaccari sopló 34 velas en septiembre. En esos 15 años de diferencia se encuadran muchos de sus compañeros de vestuario. El chaval más joven de la caseta y el más experimentado tuvieron buenos minutos juntos. Otros vestían como ellos sobre la nieve de Soria pero contrastaban demasiado con el sevillano y el italiano, con alguna escasísima y honrosa excepción. Si un técnico no pudo, y otro -tras un amago- parece que tampoco podrá, le toca al club. No solo a la entidad se le ha de exigir responsabilidad.
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