Cuando apenas se llevaba un cuarto de hora de partido, las caras en el palco de Los Cármenes ya eran un poema. El director deportivo del Córdoba, Rafael Berges, se levantó en más de una ocasión de su asiento para volver un par de minutos después y mostraba la tensión lógica, dada la situación del equipo y lo que se estaba viendo sobre el terreno de juego del estadio granadino. Pero el momento álgido lo protagonizó el presidente y máximo accionista del Córdoba, Jesús León, que unos minutos antes de que el colegiado decretase el final de la primera parte abandonó el palco, seguido por el propio Berges.

Cuando los jugadores llegaron a la caseta se encontraron con León dentro de la misma, esperándoles. Una vez que llegaron todos, se cerró la puerta y el presidente blanquiverde habló durante unos tres o cuatro minutos. Ninguna de las fuentes consultadas dejó claro qué dijo exactamente el mandatario cordobesista, aunque sí coinciden en que recalcó en más de una ocasión lo que se juega el club con este arranque de temporada y que la imagen dada durante los primeros 45 minutos era vergonzosa, literalmente. León pidió a los jugadores que salieran de nuevo al campo, pero que aunque la derrota parecía inevitable, la actitud y la disposición debían ser las opuestas a las mostradas en el primer tiempo.

En la arenga, regañina o como se quiera llamar estaban presentes tanto Berges como el entrenador, José Ramón Sandoval, que se mantuvo en silencio en todo momento. Nada más salir del vestuario, el equipo se acercó en el marcador (2-1) con el penalti anotado por Aythami, que asumió la responsabilidad, y también 3-2 con el gol de Bambock. El 4-2 llegó ya en el descuento tras una segunda parte en la que se intentó maquillar el desastre inicial.